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Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Con Mozart llegó la musica

Después de su presentación en Barcelona, el día 28, la Academia y Coro de Música Antigua de Londres ha repetido en el Teatro " Real de Madrid, traída por la Caja de Pensiones, su programa mozartiano.Excelente agrupación, excelentes versiones y excelente música, que procuraron a nuestros visitantes un triunfo superior, en calor, duración y discernimiento, al que puedan conseguirse con las denominadas obras en pantalla panorámica, la sinfonía Leningrado, sin ir más lejos.

En el caso de The Academy of Ancient Music, no sólo las versiones sino la misma Academia, que pilota con entero conocimiento el maestro Christopher Hogwood, es un techo historicista, pues existía en el siglo XVIII. Naturalmente, por más autenticidad que quiera ponerse, hay un dato inmodificable: quienes tocan ahora son, musical y humanamente, los nietos de los nietos de los que tocaron antaño.

The Academy of Ancient Music

Director: Christopher Hogwood.Solistas: Anthony Pay, clarinete; Anne Davson, soprano; Laurence Dale, tenor; Carolyn Watinlson, mezzo, y David Thomas, bajo. Obras de W. A. Mozart. Teatro Real, 29 de mayo.

Aquellos vivían un tiempo, su tiempo; éstos lo reconstruyen, actúan con los prismáticos puestos al revés, pero los resultados son bellísimos, clasificables de auténticos por los más rigurosos especialistas y, al mismo tiempo, lejanos del aire museal que, no pocas veces, congela la música en estos intentos de buscar el tiempo perdido.

El Requiem de Mozart es una obra problemática y goza de la fama y popularidad qué le otorgan su calidad y su leyenda. Hogwood, con buen acuerdo, prescinde de las partes no escritas por Mozart, sino por su fiel Süsmayr, discípulo de Wolgang Amadeus Mozart y Salieri. Así, no incluye el Sanctus, el Hosanna y el Benedictus, y si la mano del revisor está en la obra, es sólo en función de realizador de lo que dejara ya trazado el salzburgués.

En el Requiem aparecen algunos de los mejores momentos contrapuntísticos de toda la obra de Mozart y, al ser interpretados por conjuntos reducidos (20 voces de coro) y a la vez de tanta calidad como los de Hogwood, podemos admirarlos en toda su transparencia y movilidad e incluir a Wolfgang Amadeus entre los más ilustres herederos del arte bachiano de la fuga.

Respirar

Con las voces, que actúan con arreglo a la técnica y la intención expresiva adecuadas, la orquesta, utilizando instrumentos de la época, hizo alardes de bien respirar, estupendo acentuar y admirable frasear. Purificado de adherencias románticas, el Requiem evidencia mejor su carácter premonitorio del romanticismo, sobre todo por un género de expresividad humanístico-dramática que, quizá por su identificación con la ópera, incide grandemente en la sensibilidad del oyente.Extraordinario el cuarteto solista. No tiene tufos de divismo, aunque está compuesto por cuatro divos verdaderos: la soprano Anne Dawson -purísima de timbre-, la mezzo Carolyn Watkinson -su voz hace pensar en un azul oscuro si hacemos transposición de timbre/color-, el ágil y estilizado tenor Laurence Dale y el nobilísimo bajo David Thomas.

Un quinto solista levantó oleadas de entusiasmo al protagonizar el Concierto en la mayor, K. 622: el clarinetista Anthony Pay que, escuchado en vivo, supera incluso en musicalidad y virtuosismo sus tan estimados registros discográficos. Fue una tarde de verdadera música que nos compensa de otras muchas en las que la música brilla por su ausencia. Y es que la visita de la vieja dama se recibe sólo de tarde en tarde, quizá para que la deseemos con mayor intensidad. Vayan nuestros ¡bravos! a estos músicos ingleses que parecen tratar de tú a su compañero Mozart.

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