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FERIA DE SAN ISIDRO

Los banderilleros creen que el público los menosprecia

"El público muchas veces no sabe valorar nuestra labor, nos menos precia injustamente", afirma el banderillero Ángel Majano, que fue matador de alternativa y tuvo importantes éxitos en las plazas mexicanas en los años 1979 y 1980. Su opinión resume las quedan varios otros subalternos. "En ocasiones, el matador nos da intrucciones -como correr delante de la cara del toro, o no castigarle en banderillas-", señala Majano, que son desconocidas por el público, que se forma una idea equi vocada de nosotros".Juan Luis Rodríguez coincide con su compañero, y amplía: "El que nos paga es el matador y por tanto debemos hacerle caso exclusivamente a él". Rafael Redondo piensa que los subalternos tienen buenas y malas tardes, como los matadores. "Pero con nosotros se mete más el público", señala, "aunque lo tenemos asumido".

Mariano Gallardo, que dejó la profesión la temportada anterrior, cree que el nivel actual es medio, pero no mediocre. "No obstante", dice, "la época de los años cincuenta fue la de mejores subalternos". Juan Cubero comenta que es muy importante, como en su caso y el de muchos compañeros, haber sido antes novillero o matador. "Los subalternos que más torean son los mejores", afirma, "aunque hay algunas excepeciones, como consecuencia de los enchufes".

400 paseíllos en Las Ventas

Uno de los subalternos a los que el público acusa de actuar por recomendación en Las Ventas es José Cabezas Calderón, que esta temporada rebasará los 400 paseíllos en dicha plaza, desde el primero, en 1979. Él se defiende: "No es cierto, la prueba es que mis compañeros me aprecian y quieren que salga a la plaza con ellos. Los matadores se juegan la vida y no pueden llevar con ellos a subalternos que no sirvan. Además yo no obligo a nadie a que me contrate".

Cabezas, 45 años, que trabaja como administrativo desde 1979 en las distintas empresas que han regentado Las Ventas -por lo que algunos aficionados le llaman el Niño de la Oficina-, fue novillero de éxito en España y América. "Pero lo dejé" dice, "por falta de apoyo, como tantos, y cambié el oro por la plata; pero de subalterno también me siento realizado".

Cabezas comenta que no piensa en el dinero cuando actúa. "Aunque tengo cuatro h¡jos", añade, "y torear supone también una ayuda económica". "Es más", dice, "la mayoría de los matadores modestos que vienen de fuera de Madrid me piden por favor que haga el paseíllo con ellos para evitarse gastos de desplazamiento. Y yo lo hago encantado., Si pueden me pagan al instante, y si no, ya lo harán, no me preocupa".

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