El fiscal pide 30 años para dos de los presuntos asesinos del matrimonio Viola
El fiscal de la Audiencia Nacional ha solicitado, en su calificación provisional, que se impongan dos penas de 30 años de prisión a los independentistas catalanes Montserrat Tarragó Doménech y Carles Sastre Benlliure, por los asesinatos de Joaquim Viola Sauret y de su esposa, Montserrat Tarragona Corbella, perpetrados en 1978, cuando les estalló un artefacto que un comando de Terra Lliure había colocado en el pecho del ex alcalde de Barcelona.
El asesinato del matrimonio Viola fue perpetrado el 25 de enero de 1978, ocho meses después de que falleciera de forma similar el industrial catalán Josep Maria Bultó. La policía que investigó el asesinato de los Viola aseguró que ambos atentados habían sido cometidos por las mismas personas, aunque afirmó que el primer atentado había sido organizado por un autodenominado Ejército Popular Catalán que, al parecer, había pedido un rescate de 25 millones de pesetas para desactivar el explosivo, mientras que el segundo atentado había sido organizado por Terra Lliure.La causa judicial por el asesinato del matrimonio Viola permaneció archivada durante siete años, ya que no pudieron ser localizados los presuntos autores del atentado, que habían huido del país. Sin embargo, en el mes de enero de 1985 se reabrió la causa a raíz de unas detenciones que la policía practicó en Puigcerdá (Cerdanya), donde se desarticuló un supuesto comando de Terra Lliure que, al parecer, preparaba el secuestro de un conocido médico barcelonés con objeto de recoger fondos para la organización terrorista.
Carles Sastre y Montserrat Tarragó fueron trasladados a Madrid y pasaron a disposición de la Audiencia Nacional. Allí se les tomó declaración y fueron procesados en relación con el atentado contra el matrimonio Viola. En opinión del fiscal, este doble asesinato fue, preparado y organizado por un comando de cuatro miembros, uno de los cuales, el poeta Alvar Valls, se encuentra en paradero desconocido, mientras que otro no ha podido ser identificado jamás.
El fiscal explica que, hacia las 8.30 horas de la mañana, los dos procesados, junto con el acusado rebelde y el no identificado, llamaron a la puerta del domicilio del ex alcalde Joaquim Viola Sauret, situado en el paseo de Gràcia, y al serles franqueada la entrada por la dueña de la casa obligaron a sus moradores a entrar en una de las habitaciones, donde permanecieron vigilados por la procesada Tarragó. En esta habitación, la empleada Rosa María Pérez Rodríguez fue golpeada por uno y de los procesados, lo que le causo lesiones que tardaron 15 días en curar.
Los otros tres procesados, prosigue el fiscal, obligaron a Viola a permanecer en su dormitorio para colocarle un artefacto explosivo en el tórax, que aseguraron que sería desactivado si la víctima seguía las instrucciones y pagaba un rescate. En un momento de la operación y ante la actitud de resistencia demostrada por Viola, los miembros del comando creyeron conveniente hacer entrar en el dormitorio a la esposa del ex alcalde, en cuyo momento estalló el explosivo.
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