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Se acentúa la invasión del acero procedente de los países productores de la CE sobre España

FÉLIX MONTEIRA, La denuncia por el Gobierno español a, la CEE de la cláusula de salvaguardia, que entró en vigor a partir de pasado 7 de marzo, no ha servido para impedir la invasión del acero procedente de los restantes países comunitarios sobre España. Fuentes de la patronal siderúrgica Unesid han manifestado que la limitación de los contingentes a sólo tres tipos determinados de acero ha provocado que la presión importadora se haya desviado hacia otros productos.

El ritmo de importaciones de los productos limitados superaba a finales de abril el 60% del total fijado para el conjunto de laño, lo que ha provocado un fuerte tirón a la baja en los precios interiores. La patronal plantea ahora la prórroga de la denuncia por un año más al menos y su extensión a otras producciones. El presidente de la patronal siderúrgica española, Juan Luis Burgos, asistió el pasado viernes a una reunión, celebrada en Dusseldorf, de la patronal europea Eurofer, asociación en la que está integrada Unesid. El representante español planteó nuevamente este problema, tanto a sus colegas comunitarios cono al comisario responsable, Karl-Heinz Narjes.La postura española es que la denuncia de la cláusula de salvaguardia ha de ser ampliada a otros productos y prorrogada como mínimo un año. Esto o la puesta en práctica de un marco negociador distinto que establezca mecanismos defensivos eficaces para la siderurgia española. Estas propuestas serán debatidas en la junta general de Unesid, que se celebra en Madrid el próximo día 27, a la que está previsto que asista el ministro de Industria, Joan Majó.

La invasión de los aceros comunitarios comenzó a sentirse a partir de la firma del tratado, de adhesión, en junio de 1985. La presión del sector y la demostración del desvío de los flujos tradicionales de las ventas de acero de Europa a España llevó al Gobierno a la denuncia de la cláusula de salvaguardia del tratado siderúrgico, qué entró en vigor el pasado 7 de marzo.

La denuncia de la cláusula de salvaguardia, supone una limitación de las ventas siderúrgicas a España procedentes de los restantes países de la CE. Los contingentes fueron impuestos a sólo tres tipos de producciones (bobina y fleje caliente, chapa fría y caliente de tres milímetros de espesor, y chapa gruesa laminada en caliente). Las cantidades totales para todo el año (714.152 toneladas) representan una cifra casi equivalente a la de 1985, aunque sensiblemente superior a la de 1984, en que ascendieron a sólo 539.131 toneladas. Esta circunstancia, según los empresarios, perjudica al sector, dado que en 1985 ya experimentó una parte de esa invasión.

Concentración de importaciones

Lo más preocupante es la concentración de esas importaciones, que han saturado un mercado interior muy deprimido y han tirado para abajo de los precios. El efecto negativo de estas entradas masivas, según Juan Luis Burgos ya es definitivo para el resultado del ejercicio. A finales de abril, las importaciones de estos tres tipos de productos representaban el 61,4% del total permitido, y, de seguir este ritmo, a finales de junio ya estaría agotado el cupo.

Aparte del incumplimiento de la importación gradual prevista en la cláusula, la presión de los países de la CE se ha desviado a otros tres productos (hojalata, chapa galvanizada y alambrón al carbono). Las importaciones realizadas en los tres primeros meses representan un incremento con respecto a 1985 del 70% en el caso de la hojalata y el alambrón, y del 170% para las compras de chapa galvanizada. El perjuicio económico para la siderurgia nacional es aún más importante, dado que se trata de productos terminados con un mayor valor añadido. Las empresas más afectadas son Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya. La competencia de los países de la Comunidad Europea ha incidido especialmente sobre un sector básico, el siderúrgico, sometido a un duro plan de reconversión que ha supuesto, sólo en el caso de la siderurgia integral, inversiones de modernización y ajuste superiores al medio billón de pesetas.

Nueva reconversión

La mayor competencia derivada del ingreso en la CE y los excedentes internacionales obligan además a una nueva reconversión siderúrgica, cifrada por el sector en el recorte de más de tres millones de toneladas en la producción anual de acero (menos de 14 millones de toneladas en 1985 de una capacidad instalada de 21 millones) y en la reducción de entre 10.000 y 20.000 trabajadores de los 64.681 actuales.

España, que es un país tradicionalmente exportador, ha visto perjudicada esta faceta por la desaparición de la desgravación fiscal a las ventas al exterior, que actuaban de subvención para los precios. En el primer trimestre de este año las exportaciones fueron de 1.350.000 toneladas de acero equivalente, 750.000 toneladas menos que en el mismo período del año anterior con un recorte de 20.000 millones de pesetas en los ingresos. Las importaciones, alcanzaron un total de 704.000 toneladas en el primer trimestre.

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