Aute y Gurruchaga critican la presión de la industria en la creatividad musical

El cantante Luis Eduardo Aute y el solista de la Orquesta Mondragón, Javier Gurruchaga, señalaron ayer "la obligatoriedad del disco anual" como una de las servidumbres que la industria impone a los intérpretes y compositores. Las declaraciones las hicieron en el estudio de Radio El País, instalado en el Palacio de Cristal del Retiro madrileño, en la exposición EL PAÍS, como es.Para Gurruchaga ese hecho "es agobiante, porque no te da tiempo a pensar, a que se te ocurra algo de manera espontánea", dijo. "Mi próximo elepé tengo que grabarlo en octubre aunque mi cuerpo me lo pediría para el año que viene". La Orquesta Mondragón, que actuó anoche dentro del programa de fiestas de San Isidro, cumplió diez años en abril.

Aute, que lleva ya veinte años actuando, analizó desde la perspectiva de la canción el cambio que se ha producido en España desde el fin de la dictadura. "Mi generación inició un tipo de letras que conectaban con la realidad", afirmó. "Eran el espejo del entorno, incluido el sistema político. A partir de 1975 se busca ya un mundo personal y empieza a haber una preocupación por la calidad literaria de los textos. Se llegó entonces a una situación normal, la que hubiese existido mucho antes de no haber estado la canción determinada por la política".

Gurruchaga se refirió a los inicios de la Orquesta Mondragón: "También nosotros recibíamos una influencia de la realidad. Las libertades comenzaban y nos interesaron los temas tabú, los asuntos S o X, en definitiva, lo prohibido, que quisimos reflejar en canciones como Muñeca hinchable y El hombre de los caramelos. Ahora ya estamos curados en salud, pero siempre se sigue siendo víctima de la realidad que nos rodea".

Los dos cantantes se refirieron al fenómeno de los grandes espectáculos que concentran a miles de personas en torno al pop y al rock, considerándolo positivo. Según Aute, "está bien que la gente se reúna ante provocaciones musicales, que son también culturales". Gurruchaga apostó por la música que se avecina, ya que viene marcada "por la aceptación de las influencias y por la mezcla". "Vamos", dijo, "hacia el mestizaje de los géneros, desde el rock al jazz, pasando por la música clásica".