Muere por sobredosis la única testigo de un doble crimen en Entrevías
Enriqueta Silva, de 17 años, heroinómana, domiciliada en el barrio madrileño de Entrevías, murió ayer por la mañana en esta ciudad por sobredosis de droga, según vecinos de la víctima. La policía se basó en el testimonio de Enriqueta para detener el pasado 2 de abril a cinco miembros de una misma familia que vive en dicho barrio, inculpados del doble homicidio de dos prostitutas heroinómanas cometido hace un año. Tres de los acusados habían sido puestos en libertad el día anterior.
Enriqueta Silva Arincón, de 17 años, era heroinómana. Vivía con su abuela y un sobrino suyo en una casa baja de Entrevías. El lunes pasado por la tarde "se puso mala" y fue llevada al Hospital Provincial, donde falleció ayer por la mañana, según su sobrino. La muerte se produjo a consecuencia de una sobredosis de droga, según indicaciones de los vecinos, aunque la dirección del centro sanitario no quiso informar de ello.La Jefatura Superior de Policía de Madrid informó el 5 de abril que una mujer (Enriqueta) decidió, a finales de marzo pasado, informar de que vio entrar en casa de la familia Saavedra, en dicho barrio, a las dos prostitutas heroinómanas cuyos cadáveres fueron encontrados el 23 de abril de 1985 en la vía férrea frente al número 6 de la avenida de Entrevías, a las 5.50 de aquel día. La autopsia había determinado que el fallecimiento de las dos mujeres se produjo a las seis de la mañana a causa de golpes.
Los Saavedra niegan su implicación en los hechos desde que cinco miembros de su familia fueron detenidos el 2 de abril. El pasado lunes por la noche salieron en libertad de la cárcel de mujeres de Yeserías, por orden del Juzgado de Instrucción número 31, Julia Pérez Silva, de 26 años, casada, madre de tres hijos, y su cuñada Manuela Saavedra, de la misma edad, separada de su marido y madre de dos hijos. De la prisión de Carabanchel salió también Miguel Saavedra, hermano de la anterior y esposo de Julia, de 31 años. Son habituales vendedores de lotería y el hombre, además, limpiabotas en un conocido bar próximo al Palacio de Justicia. Agustina Navarro, de 44 años, madre de Miguel y Manuela, sigue en prisión, así como otro de sus hijos, Manuel, de 24 años, casado.
Manuela, Miguel y Julia eludieron hacer declaraciones "hasta que el juez aclare toda la verdad y salgan nuestra madre y hermano". No obstante, Miguel apuntó: "Yo soy analfabeto, pero en lo poco que sé creo que hay que hacer justicia y que la pague el que la haga. Por lo derecho se llega a la verdad".
Su padre, Miguel Saavedra, de 55 años de edad, limpiabotas en el Museo del Prado -"con autorización", afirma con orgullo-, recuerda irritado el momento de la detención: "Era, de madrugada y dormíamos. Llamaron, y al ir a abrir vi que era un policía conocido y le abrí. Y nos hicieron ir a todos a la comisaría, incluso con los niños, medio desnudos y descalzos". "¿Estaríamos aquí, al cabo de un año, si alguien de mi casa hubiera hecho eso?", remacha.
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