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Llegan a Madrid 40 españoles expulsados por Gaddafi

Cuarenta trabajadores españoles de las empresas Ferrovial y Wat expulsados por Libia el miércoles llegaron a las 18.20 de ayer a Madrid, procedentes de Trípoli. Entretanto, se desconocía ayer la situación de otros 35 españoles de la compañía Cobra destacados en ese país árabe, cuyos pasaportes han sido retenidos por las autoridades libias. De otro lado, cinco profesores libios de la escuela Al Fatah de Madrid, sobre los que pesaba una orden de expulsión, abandonaron a primera hora de ayer la capital de España en cumplimiento de instrucciones dadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

El vuelo 846 de Iberia, procedente de Trípoli, en el que viajaban los 40 trabajadores españoles aterrizó en Barajas con casi dos horas de retraso sobre la hora de llegada prevista. El director general de Asuntos Consulares, Rafael Pastor Ridruejo, y dos empleados de la empresa Ferrovial esperaban a los trabajadores repatriados, así corno varias decenas de familiares, ampliamente superados en número por periodistas y curiosos.Victoriano Ferreira, topógrafo de Cobra, compañía de construcción que realiza el trazado de una carretera en la zona de Beni Warim, a unos 200 kilómetros de Trípoli, fue uno de los primeros en explicar las circunstancias de la expulsión.

Ferreira, que trabajaba en Libia desde hace cinco años, confirmó que policías de paisano del Departamento de Inmigración se presentaron hacia las nueve de la mañana del miércoles en la oficina de Ferrovial en Trípoli. "Allí reclamaron los pasaportes y explicaron a los dos empleados que había en ese momento que teníamos cuatro horas para abandonar el país.

Sin embargo, lograron convencerles de que era materialmente imposible una salida tan precipitada, al encontrarse la mayoría de los 36 trabajadores de la, empresa trabajando a 200 kilómetros". Ferreira, al igual que varios de los trabajadores expulsados, respondió "sin comentarios" a las Preguntas de los periodistas sobre: la actuación de la Embajada española en Trípoli.

Las autoridades libias utilizaron el mismo procedimiento para comunicar la orden de expulsión a los cuatro empleados de la empresa de montajes eléctricos Wat, que, según explicó Antonio Fernández Fernández, redujo al mínimo sus efectivos tras el bombardeo norteamericano de Trípoli, en la madrugada del 14 al 15 de abril pasado.

Un marroquí

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Entre los empleados de Wat repatriados ayer figuraba también un marroquí de esta empresa. Pese a la orden de expulsión, fuentes de la diplomacia española señalaron ayer que las empresas afectadas por la medida están negociando con las autoridades libias la posibilidad de que la medida no sea irreversible. Rafael Pastor indicó asimismo que los directivos de estas empresas mantendrán el próximo lunes una reunión en el Ministerio de Asuntos Exteriores para estudiar la situación creada tras este incidente.

La empresa Ferrovial viene realizando diversas obras de construcción en Libia, por valor de unos 56.000 millones de pesetas, desde hace unos siete años. Cuenta con unos 120 obreros de varias nacionalidades trabajando en este país árabe.

La orden de expulsión ha afectado tan sólo a los de pasaporte español, es decir, a los 36 que regresaron ayer (además de los cuatro de Wat). Aunque la plantilla total de trabajadores de Ferrovial en Libia ronda los 40, varios se encontraban de vacaciones en España desde hace días.

Otros dos empleados de la compañía Ferrovial, Luis Sastre y Tomás Garrido, manifestaron su desconocimiento de la situación, dado que ambos se encontraban a pie de obra en el interior de Libia.

Los dos trabajadores lamentaban la medida de expulsión, y añadieron: "Para acabar la obra aún nos quedaban tres o cuatro meses más".

En el mismo vuelo, que hizo escala en Barcelona antes de aterrizar en el aeropuerto de Madrid-Barajas, viajaba al menos un trabajador de la empresa Entrecanales y Tavora destinado en Libia, a quien acompañaba su esposa.

Según explicó a los periodistas, su regreso a España no tenía otro motivo que pasar unos días de vacaciones con su familia.

De otro lado, los cinco libios que se vieron ayer obligados a abandonar España son los profesores de la escuela Al Fatah de Madrid Musbah Salim, Salim Mohamed Alí, Jumá Mohamed Bensasi, Salim Almabruk Almajub e Idris Hasir.

España se niega a retrasar la salida de cinco libios

El director de la Oficina de Información Diplomática (OID), Inocencio Arias, rechazó ayer que la salida de España de los cinco profesores libios sobre los que pesaba una orden de expulsión obedeciera a ninguna modificación de la postura española en represalia por la expeditiva repatriación de los trabajadores de Ferrovial. "Cuando se dictó la orden de expulsión contra 11 ciudadanos libios, el 25 de abril, se les dijo que tendrían que abandonar España creo que el pasado martes o miércoles. Ya ha transcurrido casi una semana desde que se dictó la orden de expulsión, y pese a que la Embajada libia ha hecho gestiones hasta el último momento para conseguir otros siete días más de aplazamiento en esta medida, consideramos que no era razonable concederlo cuando el Gobierno libio expulsa a trabajadores españoles que no tienen culpa de nada en un tiempo de 24 horas".

Arias insistió en que la fecha. tope del 22 de mayo para abandonar España regia sólo en el caso de los tres funcionarios (un diplomático y dos administrativos) adscritos a la Embajada de Libia en Madrid.

Un portavoz de la Oficina Popular (embajada) libia en Madrid dijo ayer que los cinco profesores se habían visto obligados a abandonar España precipitadamente en un vuelo con destino a Casablanca que salió de Madrid ayer poco después de las nueve de la mañana. "Han dejado aquí a las mujeres y los niños, en un estado de gran nerviosismo, porque siempre pensamos que las autoridades españolas no harían efectiva la orden de expulsión tan rápidamente", insistió la misma fuente.

"Sin embargo", continuó diciendo el portavoz libio, "el miércoles nos devolvieron los pasaportes con visados para abandonar España que tenían la fecha del jueves. Ahora no sabemos si se seguirá el mismo trámite también con los tres estudiantes y los tres funcionarios de la embajada". El portavoz no quiso ayer opinar respecto al alcance político de esta medida, ni sobre su relación con la orden de expulsión contra 36 trabajadores españoles en Libia.

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