El Vaticano invitará a los curas casados a pasar a otras iglesias, según una asamblea pro celibato
El Vaticano se ha planteado ofrecer como solución al problema dell celibato la posibilidad de irívitar a los sacerdotes casados a que se integren en alguna doctrina oriental vinculada a Roma, según se puso de manifiesto en una asamblea celebrada ayer en Cervelló (Barcelona) por unos 100 curas casados. En ese caso, los sacerdotes casados podrían continuar ejerciendo el sacerdocio. Estas doctrinas, como la maronita, asentada en Líbano, o a las comunidades de la Iglesia ortodoxa rusa, griega o yugoslava, mantienen la misma disciplina y liturgia católica de Roma.
La asamblea fue organizada por el Grupo de Trabajo Minis,terio y Celibato (GTMC), que agrupa a los sacerdotes casados de Cataluña. Se trata de un grupo vinculado al Sínodo Internacional de Sacerdotes Casados (SISC) y al Movimiento Pro Celibato Opcional (MOCEOP). Los asistentes estuvieron acompañados por sus respectivas esposas y sus hijos.Los sacerdotes casados aprobaron el manifiesto Por una iglesia verdaderamente fraterna, que será trasladado al tercer encuentro estatal del Movimiento Pro Celibato Opcional, que se celebrará los días 24 y 25 de mayo en Madrid, y al que se espera que asistan más de mil curas españoles.
El documento critica "la mentalidad clericalista de muchos de los miembros de la actual jerarquía" de la Iglesia, y señala que "es en el gobierno eclesiástico donde el clericalismo continúa haciendo imás estragos". "Por definición, los clérigos mandan y los laicos obedecen, y todo el mundo olvida que unos y otros sólo han de obedecer a Cristo, y olvidan también que la denominada autoridad -de acuerdo con la Palabra de Jesús- ha de ser siempre de servicio y nunca de dominio".
El texto del manifiesto afirma que las experiencias de sus miembros, que se han visto obligados a pasar de la condición clerical a la laical pero que a pesar de ello han continuado estando vinculados a diversas actividades eclesiales, "`ha sido utilísima para descubrir las condiciones de destrucción del clericalismo y de la aparición de un nuevo tipo de relaciones entre los miembros del mismo pueblo de Dios". "Todo ello", añade, "más allá del problema concreto de la ley de celibato obligatorio". Estos sacerdotes consideran urgente para la Iglesia que se trabaje en tres frentes: la conquista de la Palabra por parte de los laicos, la desmagización de la litúrgia, y la democratización del gobierno eclesial".
Según los datos aportados en el Sínodo Mundial de Curas Casados que se celebró en Roma en agosto del pasado año, existen en el mundo unos 400.000 sacerdotes católicos, y entre ellos hay unos 70.000 casados (entre 6.000 y 8.000 de ellos en España). Dos tercios de estos curas han conseguido la dispensa papal, la mayoría de ellos durante el pontificado de Pablo VI. En los últimos años el Vaticano ha mostrado una menor disposición a conceder dispensas, y actualmente hay cerca de 6.000 sacerdotes a la espera de una decisión.
"Una solución incongruente"
Josep Camps, ex cura párroco de Sant Andreu, que acudió a la asamblea celebrada por 100 curas casados catalanes en Cervelló (cerca de Barcelona) acompañado por su mujer y sus tres hijos, considera que la posible al problema del celibato mediante la adscripción a otras doctrinas es incongruente, "porque actualmente Roma acepta que existan sacerdotes de la iglesia anglicana, convertidos al catolicismo cuando ya estaban casados, a los que se les permite seguir estando casados y oficiando como sacerdotes"."Es como si a un militar le dijeran sus jefes que para seguir vistiendo el uniforme tuviera, por fuerza, que cambiar de ejército", añadió el ex párroco.
Según Josep Camps, "la posibilidad de acogerse a otras doctrinas de la denominadas orientales, en las que por razones históricas no existe la obligatoriedad del celibato, es un asunto que se debería rechazar. Pero es lo suficientemente importante como para que sea debatido en profundidad en la próxima asamblea de Madrid".
Josep Camps explicó que los Curas casados son en su mayoría conscientes de que "la solución del problema del celibato costará largo tiempo, sobre todo por la actitud involucionista del papa Juan Pablo II".
"Pero nosostros", agregó, "por un imperativo de dignidad y defensa de los derechos fundamentales de la persona y del Evangelio, seguiremos insistiendo para con seguirla".
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