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Crítica:CINE / 'EL ROMANCE DE MURPHY'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Hogar, dulce hogar

El romance de Murphy es una pequeña comedia sobre los amores entre un cincuentón y una mujer divorciada, situación civil que, por lo visto, comporta un inmediato envejecimiento. La víctima del mismo es Sally Field, la actriz que encarna a la mujer norteamericana por antonomasia desde una perspectiva liberal, es decir, esa mujer emprendedora, que trabaja y que, mientras la ley no sancione una nueva relación, está dispuesta a conocer a diversos hombres, siempre y cuando aparezcan impulsados por intenciones matrimoniales.James Garner es el farmacéutico de Eurice, un, conservador pueblecito de Arizona, donde los vaqueros decolorados de Sally Field escandalizan a las damas bien pensantes. Garner es quizá el único que no condena y margina a la recién llegada. Su lema es vive y deja vivir, es tolerante con todos y admira el coraje de la nueva vecina, pero es reservado y un poquitín escéptico, sobre todo porque considera que ya le ha pasado la época de los enamoramientos.

El romance de Murphy

Director: Martin Ritt. Intérpretes: James Garner, Sally.Field, Brian Kerwin, Corey Haim. Guión: Harriet Frank e Irving Ravetch , basado en la novela de Max Schott. Fotografía: William Fraker. Música: Carole King. Estadounidense, 1985. Cine en Madrid: Rialto.

La creación de James Garner justifica por sí sola toda la película. Hasta ahora, había sido un actor muy mal utilizado, que tanto servía para vestirse de héroe de la Fórmula 1 como de detective duro y cínico, pasando por sus distintas aportaciones como galán irresistible.

Eran caracterizaciones que se adaptaban mal al aspecto bonachón y, mediocre de míster Garner, mucho más convincente como farmacéutico o vendedor de seguros que practica depotte para disimular los esporádicos excesos con la cerveza.

En El romance de Murphy se mueve a sus anchas, nada le obliga a forzar su imagen o sus actitudes; casi se diría que nos cuenta la propia vida. Y esa tranquilidad interpretativa confiere al personaje un gran poder de convicción. Además, la película funciona muy bien dentro de sus limitaciones, que no son otras que las derivadas de su propósito de glosa de la familia moderna.

Ideología

Es sintomática la importancia que Martin Ritt, el director del Romance de Murphy, concede al rancho de Sally Field, espacio que define la ideología del producto, al mismo tiempo que nos aproxima a los estados de ánimo de los personajes, una doble operación sensata y razonable que parcela la demagogia agrícola que el año pasado se apoderó del cine norteamericano y le lanzó por el camino de ruinosas epopeyas campesinas, tituladas El río, Country o En un lugar del corazón.

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