'Arboricida de honor 1986'
El servicio de poda y mantenimiento y la Concejalía de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Madrid deberían buscar en el diccionario lo que significa la palabra podar, según el de la Real Academia Española, significa: "(limpiar) cortar o quitar las ramas superfluas de los árboles, vides y otras plantas, para darles las formas más convenientes para que se desarrollen y fructifiquen con más vigor". Nada, ni parecido con lo que se hace en la realidad: se cortan ramas superfluas y también las imprescindibles, dándoles a los árboles formas grotescas, sesgando la vida de sus ramas más bellas y frondosas y condenándonos a todos los madrileños y visitantes de esta Villa y Corte a convivir con unos árboles que pudieron ser grandes y hermosos y que han quedado para siempre horriblemente mutilados.Quiero recordar al señor alcalde y a todos los madrileños que uno de los motivos de la elección de Madrid como capital del reino por Felipe II fue sus enormes extensiones de foresta, ya que era un gran amante de los árboles. La Casa de Campo fue uno de los legados que nos dejó.
El último gran madrileño universal, don Enrique Tierno, primer vecino de esta Villa y Corte, como él gustaba de decir, nos dejó su testimonio con las numerosas plantas de árboles que él promovió. Pero todos estos bellos legados no nos sirven de nada si la vorágine de las novedosas motosierras y las manos irresponsables de quienes las manejan (contratas y subcontratas), si no son detenidas a tiempo, nos quedaremos con un parque arbóreo terriblemente castigado y diezmado.
O se crea un servicio competente, con gente preparada en podas y plantaciones de árboles, o los dejamos crecer a su aire y nos ahorramos un montón de dinero (aportado por los contribuyentes), haciendo desaparecer este siniestro servicio ciudadano.
El resto de las ciudades y municipios del Reino también pueden aplicar la misma política.
Un madrileño de esta Villa y Corte.-
Madrid.
