Uno de los occidentales asesinados en Líbano es un norteamericano secuestrado en 1984
Peter Kilburn, de 60 años, bibliotecario de la Universidad. Americana de Beirut, secuestrado el 3 de diciembre de 1984 en una acción que no se atribuyó ningún grupo, es uno de los tres occidentales que aparecieron muertos con un tiro en la nuca el jueves en los montes del Chuf. Kilburn, al que en un principio se confundió con otro secuestrado, el británico Alec Collet, fue identificado sin ninguna duda por uno de sus colegas de trabajo.
El jueves se produjo un equívoco al identificar un diplomático irlandés el cadáver de Kilburn como correspondiente al periodista británico Alec Collet. Ayer por al mañana quedó aclarado el caso, cuando la Oficina de Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), para la que trabajaba Collet, manifestó que ninguno de los tres cuerpos era el del periodista, de 64 años de edad. La confusión se había visto incrementada bien entrada la noche del jueves, cuando después de darse a Collet por uno de los asesinados, la Organización de Revolucionarios Musulmanes Socialistas, anunció que se le había ahorcado "en una ceremonia popular", si bien su cadáver seguía sin aparecer ayer.Tras descartarse que este cadáver fuera el del rehén británico, todas las pesquisas se dirigieron ayer hacia los norteamericanos secuestrados. Uno de los compañeros de Kilburn y los propios forenses le identificaron sin lugar a dudas.
Kilburn, norteamericano de San Francisco (California), se encontraba en Líbano desde hace 20 años. Vivía solo y su desaparición no fue denunciada por la universidad hasta tres días después de su secuestro. Al contrario de lo ocurrido con otros norteamericanos secuestrados desde marzo de 1984, es el primer rehén cuyo cuerpo aparece tras ser asesinado. El pasado 4 de octubre se anunció la ejecución de William. Bukcley, pero no se entregó el cadáver.
Durante todo el día de ayer persistieron las dudas acerca de la identidad de los hombres encontrados muertos en tinas montañas controladas por la milicia drusa del PSP y el Ejército sirio, informa Javier Valenzuela. Todas las fuentes coincidían en que dos de ellos eran los profesores británicos John Leigh Douglas, de 36 años y Philip Padfield, de 40, secuestrados el pasado Viernes Santo cuando salían de Back Street, la única discoteca abierta en el Oeste de Beirut, un local al que ningún extranjero a vuelto desde entonces. La autopsia confirmó que los tres hombres habían muerto por disparos en la nuca. Más tarde se identificó a Kilburn.
Falsa alarma
En la mañana de ayer, la emisora cristiana La Voz de Líbano recibió una llamada telefónica en la que un supuesto portavoz de las Células Fedayin Arabes -vinculadas a Abu Nidal y Libia, y que se atribuyeron los tres anteriores asesinatos- anunciaba que el cámara británico de televisión John McCarthy había sido ejecutado y que su cadáver se encontraba ert un destruido inmueble cerca de la línea verde. La reivindicación parecía auténtica. Sin embargo, una minuciosa búsqueda realizada por los amigos libaneses que el cámara había hecho durante su estancia en el país, resultó infructuosa.Líbano es el país donde se saldan muchas de las cuentas pendientes en Oriente Próximo. Y si hace un mes, organizaciones como Yihad Islámica, vinculadas a Irán sostuvieron un pulso con el anterior Gobierno francés, ahora le ha llegado el turno a los prolibios frente al Reino Unido y Estados Unidos. Las Células Fedayin Árabes y grupos semejantes relacionados con Abu Nidal parecen haber aprendido de los integristas shiíes de la Yihad, un macabro arte de poner en escena el destino de los rehenes occidantales. En marzo, Yihad anunció la muerte del sociólogo francés Michel Seurat a través de unas confusas fotografías sin llegar a entregar su cadáver. Ahora los prolibios entregan cadáveres de costosa identificación.
Y por si fuera poco, en Beirut Oeste se especula con la posibilidad de que Israel tome ahora la iniciativa de las represalias por la muerte de occidentales en Líbano. El rotativo An Nahar expresaba ayer la angustia en su editorial de primera página, aunque hayan centrado su ira en el coronel Gaddafi, Estados Unidos e Israel saben que Beirut Oeste y el valle de la Bekaa son centros de terrorismo más importantes que Libia.
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