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Chaparrón primaveral a cuenta de los dividendos

Los valores eléctricos han protagonizado el descenso registrado de la última sesión de los mercados de valores. Los índices generales han sufrido bajas superiores a tres puntos, lo que significa que el proceso vendedor se ha agudizado y no sólo para los valores eléctricos. Como en ocasiones anteriores, la declaración de intenciones previa a las conversaciones entre el Ministerio de Industria y las compañías eléctricas ha provocado el aluvión de partidas vendedoras, lo que obliga a insistir en la disparidad de criterios con que se viene midiendo a estos valores.La posibilidad de una disminución de la rentabilidad de las eléctricas puede llevarlas a registrar caídas al límite, mientras que para otros valores el factor rentabilidad por la vía de los dividendos no se tiene en cuenta, muchas veces debido a que ni siquiera existen. La reacción de última hora en los mercados parece apuntar al hecho de que no todo el mundo piensa igual, aunque también en otras ocasiones se han producido algunas compras fuera de hora que en la sesión siguiente apenas han tenido incidencia.

El chaparrón vendedor del grupo eléctrico coincide nuevamente con una postura rígida por parte de la Administración que, hasta ahora, se ha suavizado tras las negociaciones, pero que en esta ocasión ha afectado a todo el mercado ya que llovía sobre mojado, pues la tendencia, sin ser claramente negativa, incitaba más a vender que a esperar acontecimientos. La ausencia de expectativas, provocada en gran parte por la altura de los precios, no necesitaba recibir sustos de ningún tipo para continuar con la salida de papel a los corros como característica más notable de estas sesiones. Al tiempo, la confusión que impera en los mercados financieros, con respecto a los tipos de interés, están empezando a tener alguna incidencia en el desarrollo de las jornadas bursátiles. A estas alturas nadie parece saber con exactitud cuál será la evolución de los tipos de interés a corto plazo, aunque el alto grado de liquidez y la política monetaria empujan en un sentido muy claro.

En cuanto a lo que fue la sesión, los valores eléctricos dejaron a los demás pocas posibilidades de hacer algo más que resistirse a la baja. Los casi seis puntos que perdió el índice del grupo muestran claramente la precipitación de los vendedores y las escasas intenciones compradoras que se registraron, lo que llevó a efectuar un prorrateo en dos de estos valores.

El sector bancario también mantuvo la presión del papel como norma general de comportamiento, superando el millón de títulos a la venta el grupo de los siete grandes, aunque el Vizcaya mostraba un más que discreto saldo comprador. Las bajas llegaron hasta los 30 enteros, con una sola repetición y mejora de un entero para el único valor que registró demanda. El nivel de negociación ha descendido ligeramente al contratar estos valores un total de 655.000 títulos. El resto de los grupos se contagió fácilmente de la corriente dominante, registrándose bajas importantes en los valores de primera fila de los sectores industriales que, junto con el de comunicaciones, contribuyeron a darle a la sesión un aire totalmente negativo, sin que al cierre se detectasen signos de recuperación, salvo en algunos casos aislados.

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