El ministro Ernest Lluch obtiene por oposición una cátedra de la universidad de Barcelona
El ministro de Sanidad, Ernest Lluch, ha obtenido la aprobación unánime del tribunal que le examinó en el concurso oposición a la cátedra de Historia de las Doctrinas Económicas de la Universidad de Barcelona. Su designación no se producirá hasta que la universidad refrende la propuesta del tribunal y se publique el nombramiento.Ernest Lluch, que se examinó el pasado sábado en Madrid, renunció en su día, junto a otros altos cargos de la Administración socialista, a convertirse en catedrático por la vía de una disposición transitoria de la Ley de Reforma Universitaria (LRU). Dicha disposición establecía la integración automática de todos los profesores agregados de Universidad en el cuerpo de catedráticos.
El ministro de Sanidad manifestó ayer que la singularidad de su caso reside precisamente en que renunció a ser "catedrático por decreto, para serlo por concurso-oposición" y en el hecho de haber sido "el primero en romper con una tradición que concedía a los ministros el dudoso derecho a pedir la congelación de una plaza determinada, a cuyo concurso se consideraban con derecho a acudir, y en lógico perjuicio de los restantes aspirantes".
Esta circustancia, según Lluch, contribuyó a que una personalidad de tanto prestigio como Jaime Vicens Vives se muriera sin ver satisfecha su aspiración de ser catedrático de Historia de la Economía de las universidades de Madrid o de Barcelona, porque ambas plazas estuvieron congeladas durante varios años a petición de un ministro del anterior régimen, que aspiraba a alguna de ellas.
Los ejercicios del concurso-oposición al que se ha presentado Lluch (quien en su día también ganó por oposición la plaza de profesor agregado de la universidad de Valencia) se realizaron con arreglo al sistema establecido por la LRU, en el que tiene un peso fundamental la defensa de los trabajos originales de investigación. Lluch presentó una edición crítica, de 570 folios, sobre un manuscrito de 1780, con un larguísimo título: Discurso sobre el comercio, agricultura e industria del principado de Cataluña, de la real Junta Particular de Comercio de Barcelona.
Ernest Lluch señaló que habría preferido que la plaza se hubiera convocado después de finalizar la presente legislatura para no tener que examinarse siendo ministro. "Una vez conovocada", dijo, "no me quedaba otra opción que presentarme si no quería ver perdida, quizá para siempre, la posibilidad de volver a la Universidad de Barcelona, de la que fui expulsado por motivos políticos cuando era profesor no numerario, en 1966".
Los otros tres aspirantes a la plaza renunciaron a presentarse, por lo que Lluch no tuvo rivales en los ejercicios. Uno de los que renunciaron, Jordi Ventura, ha escrito una carta al ministro para desmentir unas supuestas declaraciones suyas publicadas en un diario de Barcelona y contrarias al ministro. En su carta, escrita en catalán, Ventura expresa la "ganancia" que representa para la Universidad de Barcelona el regreso de Lluch, y, en contra de lo publicado en dicho periodico, subraya: "Nunca he dudado de tu valía".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.