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Reportaje:

Orense, una enfermiza situacion sanitaria

Los escaso hospitales están concentrados en la capital

La provincia de Orense sufre desde hace años una situación sanitaria y asistencial prácticamente insostenible: 400.000 habitantes, unos recursos hospitalarios escasos y excesivamente concentrados; todos los centros, salvo uno con capacidad para 30 camas, están situados en la capital (95.000 habitantes). Mientras hay residencias como la de Nuestra Señora del Cristal, dependiente del Insalud, cuyo índice de ocupación asciende al 125%, el hospital de Santa María Madre, de la diputación provincial, a sólo 100 metros del anterior, tiene un nivel de ocupación del 10%.

Bastó una simple epidemia de gripe al principio del pasado invierno para que un buen número de ancianos o enfermos crónicos que precisaban hospitalización fuera a parar a los pasillos de la residencia, elevando en varios puntos el índice de ocupación, que ya es habitualmente del 125%. Hace sólo tres semanas una intoxicación masiva de escolares desbordó por completo la capacidad de los centros sanitarios públicos. Un ejemplo de este caos sanitario lo ofrece la residencia Nuestra Señora del Cristal.Este centro sanitario, el principal hospital de la Seguridad Social en la provincia de Orense, es una mole achatada de seis plantas, cuyos accesos y entorno constituyen una reproducción casi mimética, del caos diario en cualquier centro urbano con problemas de saturación. En las horas de visita, gentes siempre con prisa y coches se disputan el reducido espacio del recinto hospitalario exterior, a veces incluso a costa de las zonas reservadas para ambulancias o urgencias. Ya en el interior, los pacientes que esperan -en ocasiones durante horas- la cura, la revisión o el análisis, los familiares y los enfermos instalados a razón de cuatro por habitación o en los pasillos forman un conjunto abigarrado, demasiado promiscuo para ser razonable.

Déficit de infraestructura

Un grave déficit de infraestructura sanitaria parece ser la principal aunque no la única causa de esta situación. Globalmente, Orense cuenta con 1.600 camas, de las que sólo 140 pertenecen a centros privados. Utilizadas al cien por cien darían una proporción de 3,6 camas por cada 1.000 habitantes, una de las más bajas de España. Pero la realidad es mucho más dramática, porque al lado de la residencia general de la Seguridad Social, en el mismo recinto, se encuentra otra residencia dedicada a maternidad -como la general, dependiente del Insalud- cuya ocupación no supera nunca el 60%. Y sólo a 100 metros, se levanta un moderno hospital, el de Santa María Madre, propiedad de la diputación provincial, con capacidad para 300 camas -similar a la capacidad de la residencia general, pero utilizado sólo en un 10%. Esto reduce a 787 el número de las camas realmente disponibles para una población de 439.000 habitantes, es decir, menos de 1,7 unidades de hospitalización por cada 1.000 personas Pero además todos estos centros se encuentran situados en la capital, que completa su red asistencial con un hospital psiquiátrico, el de Toén, a unos 6 kilómetros del centro de Orense, dependiente de la Xunta de Galicia, y el hospital para enfermos crónicos de Santo Cristo, propiedad de AINSA, en la localidad de Piñor a unos 5 kilómetros de la capital. Fuera de este cinturón sanitario público, sólo queda la Unidad Mixta de Valdeorras, situada en la localidad del Barco de Valdeorras, a unos 100 kilómetros de Orense.Luis Martín Cerviño, director provincial del Insalud, reconocía durante su toma de posesión, hace dos años, que la provincia de Orense está en los límites del tercermundismo, tanto político como sanitario. Unos meses antes, cuando agonizaba el último Gobierno de UCD, el diputado socialista Antonio Rodríguez Rodríguez reclamaba una auditoría en la residencia Nuestra Señora del Cristal, tras haber denunciado casos concretos de corrupción. Después de tres años de administración socialista, Rodríguez cree que "la situación no tiene la gravedad de entonces", pero reconoce que el PSOE ha fracasado "en el intento de atraer al proyecto de reforma sanitaria a los sectores que defienden la sanidad publica". Rodríguez reconoce asimismo que su partido no ha "tenido suerte en la designación de los responsables de la sanidad provincial" y que siguen teniendo una influencia decisiva colectivos profesionales volcados en el ejercicio de la medicina privada.

Baldomero Areán González, secretario de sanidad de UGT y miembro del comité de empresa de la residencia, critica "el fracaso del proyecto socialista, que ha ido cediendo ante las presiones corporativas de los profesionales próximos a la Organización Médica Colegial y ha frustrado al colectivo de médicos que no hacen medicina privada y no están montados en el tinglado de la medicina-comercio".

Tampoco los intentos de mejorar la dotación de los centros del Insalud parecen haber sido eficaces. Las últimas obras en la residencia general, concluidas en 1983 y en las que se invirtieron 1.200 millones de pesetas, sirvieron para montar seis nuevos quirófanos, que no se han utilizado porque el centro ya tenía suficiente dotación de quirófanos.

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Finalmente, la descoordinación y el enfrentamiento entre los responsables de las administraciones central, autonómica y provincial han bloqueado cualquier posibilidad de acuerdo que permitiera racionalizar la asistencia sanitaria.

Insalud y diputación

El Insalud y la diputación -dominada por los centristas de Galicia, integrados en Coalición Popular- han sido incapaces de pactar la utilización por la Seguridad Social de las casi 300 camas vacías del hospital propiedad de la corporación provincial.La Xunta de Galicia ha diseñado su propia política sanitaria y ha empezado a montar centros de salud en todos los municipios, en muchos casos sin la mínima dotación de personal y medios, prácticamente sin ninguna coincidencia con el modelo que defiende el Ministerio de Sanidad.

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