Poca densidad
Esta comedia de bulevar tiene la densidad suficiente para constituir un buen acto cómico. No alcanza para tres. Un hombre cuya esposa desapareció 25 años atrás ha sido declarado viudo legal y va a con traer segundas nupcias; la esposa reaparece, naturalmente, pero ha cambiado de sexo y es ahora un coronel del Ejército de Estados Unidos. La situación se enreda entre esos dos personajes, el hijo de ambos, la prometida del padre y una francesita au pair. Y se rodea de antecedentes, de explicaciones, de equívocos forzados. Hay en este tipo de teatro la tradición de que el público no suele, entender las cosas si no se explican reiteradamente. Jardiel explicaba que explicaba las cosas tres veces: una, porque era necesario; la segunda, para que el público realmente se enterase; la tercera, para que llegaran a enterarse los críticos. La situación ha cambiado, al menos en lo que se refiere al público, que no solamente entiende a la primera, sino antes de que las cosas sucedan, en este tipo de teatro previsible. Se ha acostumbraido a la economía de tiempo de la televisión y del videoclip y ha aprendido esta sintaxis.El alargamiento de la obra diluye la densidad de la situación original, la vuelve acuosa. Aunque se apoye en los recursos cómicos del diálogo que Juanjo Menéndez, adaptador y director, ha superpuesto al original de Bricaire y Lasaygues, y en la interpretación, en la que Rafael Castejón encuentra muy buenos matices de actor (la duplicidad del personaje que cambió de sexo sin caer en el afeminamiento fácil), Francisco Piquer coloca perfectamente sus frases y sus efectos, y Marta Puig saca todo el partido posible a un papel inverosímil. Si ellos y sus compañeros dieran más velocidad al diálogo, la obra ganaría.
Americano corto, americana larga
Autores: Bricaire y Lasaygues. Versión de Juanjo Menéndez. Intérpretes: Azucena Hernández, Fernando Guillén Cuervo, Francisco Piquer, Rafael Castejón, Marta Puig. Escenografía: Emilio Burgos. Dirección: Juanjo Menéndez. Estreno: Teatro Alcázar, 4 de abril de 1986.
Medio teatro estaba lleno en la función de estreno oficial; hubo risas continuas, y una ovación final cerró el espectáculo.
Babelia
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