Esta instrucción "no inventa nada", según las primeras reacciones
Georges Cottier, dominico, profesor de historia de la filosofía en Friburgo y Ginebra y considerado como uno de los mayores expertos en marxismo en campo europeo, ha comentado a la revista italiana 30 Giorni: "Mientras la instrucción de 1984 ponía en evidencia el error en el que caen algunos teólogos de la liberación a causa del influjo marxista, el nuevo documento prospecta y fija los puntos positivos de una verdadera teología de la liberación". Y añade: "Cierto, el nuevo documento no inventa nada. Los principios son los del magisterio, pero creo que responde a la exigencia pastoral de explicar dichos principios a la luz del desafio de la actualidad".Por su parte, Jorge Mejía, argentino, biblista vicepresidente de la comisión de Justicia y Paz, ha dicho: "La congregación para la doctrina de la fe no sólo se limita a juzgar los escritos que se le envían, sino que se propone promover y defender la verdadera y auténtica doctrina católica. Este documento sobre la libertad cristiana y la liberación entra en esta nueva orientación de la congregación".
Al Papa le pareció muy bonito
Según ha revelado la misma revista, 30 Giorni, muy cercana al cardenal Ratzinger, cuando le presentaron el texto final a Juan Pablo II, éste exclamó: "No pude imaginarme que fuera tan bonito". Afirma también que los obispos de Brasil hubiesen preferido que fuera tratado el argumento de la teología de la liberación en una verdadera encíclica del Papa y no en un documento de la congregación para la doctrina de la fe.
En un editorial de dicha revista se comenta que a partir de ahora "la discusión sobre la teología de la liberación tiene sus puntos fijos, exactamente 100". Comentando el primer capítulo del documento, en el que se analizan todos los movimientos de liberación de la historia y que, según la congregación para la doctrina de la fe, han acabado produciendo "ambigüedad" y creando a veces los mismos males o peores de los que deseaba combatir, afirma: "El documento parece indicar que el proyecto moderno de libertad ha vencido muchas e importantes batallas, pero ha perdido la guerra".
Dice también que el documento resalta que en el mundo actual "hay un gusano que roe internamente el deseo de libertad del hombre y que en la concepción cristiana se llama pecado". Y añade: "El optimismo moderno no siempre tiene en cuenta esta realidad misteriosa".
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