El reconocimiento del 'euskera' y las elecciones europeas, nuevos objetivos del PNV

El reconocimiento real del euskera en la sociedad y en la Administración pública vasca, así como la obtención de una circunscripción que coincida con los límites de la comunidad autónoma para las elecciones europeas son las dos grandes reivindicaciones que centrarán los esfuerzos del nacionalismo vasco moderado tras el Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca), celebrado el domingo pasado.

La modificación del tono de las acusaciones al Gobierno de Madrid, permanente en celebraciones anteriores de la misma fiesta, indica que los responsables del Partido Nacionalista Vasco (PNV) han optado por considerar que la botella está medio llena y no medio vacía, y que agotarán todas las vías de negociación hasta completar el desarrollo del estatuto de autonomía y todas las posibilidades de diálogo con el poder central antes de trasladar sus reivindicaciones a otro terreno.Los nacionalistas parten de la base de que, después de seis años de vigencia del Estatuto de Guernica, el Gobierno central no ha permitido desarrollar sus contenidos sobre la lengua vasca, y que no es posible progresar hacia una Administración municipal, provincial y autonómica bilingüe mientras el euskera no sea valorado en la selección del funcionariado.

De hecho, todos los intentos para incorporar el euskera a los temarios de las oposiciones para cubrir puestos públicos se han estrellado frente a los recursos de los gobernadores civiles y las sentencias de los tribunales, que los han considerado discriminatorios. Los nacionalistas se preguntan cómo acabar entonces con la discriminación histórica que impide al vascohablante expresarse en su lengua propia, según la define el Estatuto de Guernica, cuando trata con la Administración pública.

Esta diferencia de criterio motivó la más fuerte advertencia de Arzalluz al Gobierno de Madrid en el mitin del Aberri Eguna de Bilbao, cuando se preguntó, en tono indignado, si es que "el inglés va a valer más que el euskera en el País Vasco" o cuando añadió, en tono tajante, que "lo que no puede ser" es que la lengua vasca "no sirva para nada". Arzalluz invitó al presidente del Gobierno autónomo -José Antonio Ardanza-, a los presidentes de las diputaciones y a los alcaldes "a mantenerse firmes en la defensa del euskera frente a los gobernadores civiles, y frente a los tribunales, si hace falta".

El segundo objetivo inmediato del PNV es la circunscripción autonómica para las elecciones europeas. El nacionalismo vasco mantiene arraigadas convicciones europeístas desde antes de la guerra civil española. En 1933, cuando pocas voces habían hablado todavía de un proyecto político continental, el PNV celebró el Aberri Eguna bajo el lema Euskadi-Europa.

La unidad europea ha sido una de sus constantes ideológicas en las últimas décadas, basada en la convicción de que unas instituciones comunes supranacionales facilitarían un reconocimiento mayor de los pueblos con personalidad pero sin Estado. El PNV aspira a que los diputados europeos no sean elegidos en una circunscripción estatal única, de modo que los ciudadanos de la comunidad autónoma elijan a sus propios representantes y Euskadi cuente con una presencia propia en el Parlamento de Estrasburgo.