Política forestal
Acaba de declarar el ministro de Agricultura: "La ganadería no tiene que ser incompatible en la conservación y aprovechamiento de las masas forestales". La ganadería y la foresta, con todo respeto, y lo afirmo con toda responsabilidad, no son incompatibles, sino complementarias.
Hemos cerrado cientos de hectáreas repobladas, no para que no entre el ganado en ellas, sino para que no salga de las repoblaciones, cuando éstas tienen una altura superior a la boca del ganado, pues de esta forma "limpian y urbanizan el monte" sin jornales (hoy prohibitivos para nuestra foresta), horas extras, seguros de accidentes y sociales, etcétera.
Adelantan el desarrollo del arbolado, frenando el crecimiento de los matorrales, disminuyendo el riesgo,de incendios, pudiendo controlarlos más fácilente si éstos se provocan.
Debemos hacer un uso múltiple de nuestras tierras, de acuerdo con una dedicación racional, para alcanzar un equilibrio estable.
Existen muchos miles de hectáreas prácticamente improductivas por luchas fratricidas entre ganaderos y forestalistas, a la espera de ser aprovechadas y víctimas de la erosión, que avanza de forma acelerada.
Somos el único país europeo en claro proceso de desertización.
El cáncer de la erosión, agravado por las sequías, inundaciones e incendios forestales, avanza rápidamente.
Los problemas de nuestro medio rural tienen solución. ¡Lo que no podemos es perder más tiempo!
A la naturaleza se le manda obedeciendo sus leyes y no se puede ir contra natura.
La desertización es ya un problema muy grave y es una realidad que grán parte de nuestra geografla se parece cada vez más al Sáhara, aunque todavía sin camellos.
Aparte de los incedios forestales, las talas abusivas y el olvido de las labores culturales, la gran cantidad de combustible que la humanidad consume, producen una fuerte absorción de la radiación infrarroja. Esto impide el escape de energía al espacio, originando el efecto invernadero, y el calentamiento de las temperaturas de la Tierra hace que ésta conserve menos humedad en el suelo, con lo que se rompe el equilibrio y se establecen las condiciones óptimas para que se inicie el proceso de desertización.
El sirimiri está desapareciendo en la cornisa del golfo de Vizcaya, pero los chubascos son más frecuentes.
No existe un programa de política forestal ni a nivel europeo ni nacional, y esto es gravísimo.
-Como el plantar árboles supone que su explotación sea realizada por mandatos políticos a muy largo plazo, no resulta extraño que los políticos no sean muy partidarios de todo lo relacionado con una gran política forestal de gran alcance.- . Doctor ingeniero agrónomo. .
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