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Entrevista:

Reagan, "Los 'contras' lo estaban haciendo muy bien"

El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, concedió esta entrevista dos días después de que la Cámara de Representantes estadounidense rechazara, el pasado jueves, la petición de Ronald Reagan de ayuda a la contra. Vestido de manera informal, Ortega parecía relajado y abierto, aunque media docena de guardias permanecían en la puerta. Reagan, que una vez le llamó "el pequeño dictador que fue a Moscú", sacó también tiempo -mientras le cortaban el pelo en la planta baja de la Casa Blanca- para hablar de Nicaragua.

Los propósitos de EE UU: "El cáncer que debe ser extirpado es Nicaragua. Podemos intentar ayudar a esa gente que quiere la libertad a conseguirla por sí mismos. Tenemos derecho a ayudar al pueblo de Nicaragua, que está pidiendo lo que nosotros creemos es derecho de cualquier pueblo: determinar su propio Gobierno".

El régimen sandinista: "Lo que ocurrió fue un secuestro. El pueblo de Nicaragua emprendió una lucha para librarse de lo que, ciertamente, no se puede llamar un Gobierno totalitario, sino un Gobierno autoritario: la dictadura de Somoza. Los revolucionarios hicieron un llamamiento a la Organización de Estados Americanos y dijeron: '¿Les importaría pedir a Somoza que se fuera para que así nosotros podamos acabar con las matanzas?'. La OEA les respondió: '¿Cuáles son sus objetivos revolucionarios?'. Y respondieron que la democracia, la sociedad pluralista, el libre comercio, la libertad de religión. Pero entre los revolucionarios había una organización comunista, los sandinistas. El hombre al que hacen honor, Sandino, dijo que era comunista. [Augusto César Sandino, asesinado en 1934, fue un nacionalista y líder guerrillero que, de hecho, no fue comunista.] Echaron a sus otros aliados en la revolución y establecieron un régimen totalitario comunista".

Lo que pueden lograr los 'contras': "Los sandinistas deben considerar una de estas dos posibilidades: una sería la derrota militar y quedar totalmente vencidos; otra, llegar a un acuerdo político en el que, aunque perderían su monopolio del poder, al menos podrían estar en situación de competir por el Gobierno".

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La intervención norteamericana: "Todo lo que se dice de que estoy preparando un plan para enviar tropas allí no es cierto. Enviar tropas nos haría perder a todos nuestros amigos de América Latina. Quieren que ayudemos a los contras, pero no con soldados. Lo único que he hecho es una advertencia de que si a este grupo se le permite consolidar su base, intentará extender esa revolución a otros países. Puede llegar un día en el que sus actos -actos hostiles- se vuelvan directamente contra nosotros".

La diplomacia: "Hemos hecho una decena de intentos de negociar con ellos. Pero, ¿cuándo se ha visto a un Gobierno totalitario comunista dejar voluntariamente su poder? Nunca. La diplomacia debe estar respaldada por la fuerza".

La fuerza de los 'contras': "Los sandinistas se sintieron presionados antes de 1984 y los contras lo estaban haciendo muy bien. Pero en 1984 el Congreso cortó la ayuda. Desde entonces, los contras han ido reduciendo sus efectivos".

Copyright 1986, Time Inc.

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