La sonda 'Giotto' superó la tormenta de polvo de la cola del Halley y envió datos a 144 millones de kilómetros

Los miles de millones de partículas de polvo que rodean el núcleo del cometa Halley se convirtieron ayer en protagonistas del histórico encuentro de una sonda espacial con un cometa, a 144 millones de kilómetros de la Tierra. El polvo inutilizó algunos de los instrumentos situados a bordo de la Giotto, hizo que se perdiera la señal procedente de la cámara que porta la sonda y produjo daños en la propia nave. Sin embargo, ayer se había logrado recuperar el control de la Giotto, casi todos los experimentos funcionaban o habían cumplido ya su misión y los responsables del proyecto se mostraron muy satisfechos de los resultados.

Los datos obtenidos permiten calcular que la Giotto llegó a pasar a 600 kilómetros de distancia del núcleo del cometa. En las próximas horas se realizará una evaluación detallada del estado de la sonda y de los instrumentos, y se decidirá su futuro. Si la sonda no se encuentra muy dañada, lo más probable es que la Giotto pase a una órbita de aparcamiento que la traería a las cercanías de la Tierra en 1990, con lo que podría ser utilizada para la observación de algún otro cuerpo celeste.Los daños en la sonda se produjeron dos segundos antes del punto de máxima aproximación, a la 1.10.58 de ayer. En realidad, el punto de máxima aproximación se alcanzó a la 1.03, pero las señales tardaron en llegar, a la Tierra ocho minutos.

Un primer análisis de los resultados científicos de la misión por parte de los directores de la Agencia Espacial Europea (AEE) del proyecto y de los principales investigadores de cada uno de los experimentos ha mostrado algunos hallazgos importantes.

Hans U. Keller, responsable de la cámara multicolor situada. a bordo de la Giotto, que quedó inutilizada pocos segundos antes del encuentro, señaló ayer que el núcleo tiene forma de cacahuete, con unas dimensiones máximas de 11 kilómetros por seis, y su color real es negro, debido a la presencia de materiales orgánicos. La cámara obtuvo 2.000 imágenes en las cuatro horas anteriores al encuentro. La última obtenida lo fue desde 1.400 kilómetros de distancia del núcleo, 20 segundos antes de producirse la máxima aproximación.

En el núcleo se han observado zonas activas de donde surgen chorros de gas. La cámara ahora está mirando hacia el espacio y no puede ser enfocada hacia el cometa. En las próximas horas se intentará dirigirla hacia Júpiter, para verificar si funciona.

Una de las cosas más interesantes observadas, según el científico alemán Rudiger Reinhard, director científico del proyecto Giotto, es que la distribución de las partículas de polvo parece ser variable en función de los fenómenos de chorro que se dan en el coma del cometa, esto explicaría las diferencias entre lo observado por cada una de las tres sondas, las soviéticas Vega y la europea Giotto.

Los diversos detectores de impacto de partículas de polvo que resultaron inutilizados no empezaron a detectar partículas hasta aproximadamente medianoche, cuando la sonda se encontraba todavía a 100.000 kilómetros del núcleo del cometa.

El tamaño de las partículas detectadas oscila entre las 100 y las 300 milmillonésimas de metro de díámetro, y su número se elevó rápidamente justo antes de que dejaran de funcionar los sistemas.

A la 1.10.58, cuando la Giotto se encontraba a sólo dos segundos del momento de máxima aproximación al núcleo, se dejaron de recibir en el centro de control ESOC los datos de telemetría transmitidos desde las estaciones de seguimiento situadas en Australia. Dieciocho segundos antes se había recibido la última imagen de las que, cada cuatro segundos en esta última fase del encuentro, estaba mandando la cámara situada a bordo de la Giotto.

La tensión, que había ido en aumento en los últimos minutos, al tiempo que la rápida sucesión de espectaculares imágenes mostraba claramente el acercamiento, dio paso a un silencio expectante entre los numerosos invitados y periodistas que seguían el encuentro desde las instalaciones de AEE en Darmstadt.

Pocos minutos después se confirmaba que las estaciones de seguimiento habían perdido, aunque no totalmente, el contacto con la sonda. La causa era un balanceo anormal de la Giotto, debido al choque con partículas de polvo, lo que impidió que su antena parabólica se mantuviera apuntada hacia la Tierra. La existencia a bordo de la Giotto de un mecanismo para contrarrestar este movimiento anormal hizo pensar a los técnicos que podrían recuperar las señales a corto plazo, lo que empezó a suceder a los 34 minutos del accidente.

En la actualidad, como explicó ayer Rainerd Lüst, director general de AEE, están en funcionamiento cuatro experimentos, la Giotto se puede seguir con telemando y telemetría y no se han producido daños en el panel solar, ni en el sistema de potencia, ni en el mecanismo de la antena.

La sonda Giotto tornó su nombre del pintor italiano Giotto di Bondone, que en el año 1304 pintó el cometa Halley como la estrella de Belén en su obra Adoración de los magos, que se encuentra en Padua (Italia). En julio de 1980, los Estados miembros de la Agencia Espacial Europea aprobaron la misión. En los años posteriores se seleccionaron los experimentos y se diseñó y construyó la sonda. El principal contratista fue British Aerospace. El 2 de julio de 1985 la Giotto fue lanzada por un cohete Ariane desde la base de Kouru, en la Guayana francesa.