El fantasma del golpe de Estado
Tras 10 años de dictadura militar, Ecuador recuperó en 1979 el régimen democrático. Pero el orden constitucional aparece actualmente ensombrecido por el fantasma de un golpe de Estado a consecuencia de la rebelión del general Frank Vargas, que exige un Gobierno cívico-militar y un nuevo orden jurídico.León Febres Cordero ha mantenido desde el inicio de su mandato presidencial, el 10 de agosto de 1984, una buena relación con las fuerzas armadas ecuatorianas, a las que ha dispensado toda clase de atenciones, ha asistido a innumerables actos castrenses y ha ensalzado su papel como garantes de la democracia.
El amotinamiento de Vargas parece obedecer más a motivos personales que a problemas de índole política. De hecho, ningún partido ha expresado un respaldo a la actitud del militar de Aviación, y, por el contrario, han pedido al insubordinado que desista de su actitud para preservar el régimen democrático.
No obstante, círculos sindicales y de estudiantes universitarios han visto en la actitud de Vargas la ocasión propicia para manifestar su descontento ante el régimen autoritario del derechista León Febres Cordero, y han realizado manifestaciones de apoyo al general de Aviación y contra el Gobierno.
Los militares ecuatorianos, tras su desastrosa experiencia de 10 años como Gobierno de Ecuador, no se muestran especialmente entusiasmados por volver a tomar las riendas de un país en el que generaron fuertes sentimientos anticastrenses por su administración.
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