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EL REFERÉNDUM SOBRE LA OTAN

Baltar, impasible ante las urnas

Baltar, un municipio enclavado en la zona de montaña de la provincia de Orense, a poco más de 50 kilómetros de la capital, vivió ayer una de tantas jornadas. Un día en el que nada alteró la cadencia monótona de la vida local. Las urnas fueron una vez más, el elemento un tanto exótico que aparece periódicamente por el pueblo desde hace 10 años, pero que sólo afecta de verdad a la actividad diaria de los ciudadanos más jóvenes, de los niños, que ese día no van a la escuela.Con casi 4.000 habitantes que viven fundamentalmente de la agricultura y la ganadería en pequeñas explotaciones familiares, Baltar se ha destacado, en todas las convocatorias electorales habidas desde el final de la dictadura por registrar una de las más elevadas tasas de abstención del país. Las autoridades del pueblo están cansadas "de dar la nota siempre por lo mismo".

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Desde 1976 Baltar ha registrado índices de abstención superiores al 50%. Hace 10 años, en el referéndum para la reforma política, 51 de cada 100 electores se quedaron en su casa. Esa fue, sin embargo, la cota más alta de participación, porque dos años más tarde, en el referéndum sobre la Constitución, la abstención fue del 84%. En las generales de 1982 sólo votó el 23% del censo, y en las autonómicas de finales del pasado año acudió a votar el 26% de los electores.

Los presidentes y los miembros de las mesas electorales pasaron el día de ayer con los brazos cruzados. En uno de los tres colegios del municipio, instalado en las dependencias del teleclub, combatían el intenso frío de la mañana arrimados a una chimenea atestada de troncos de carballo (roble),que apenas llegaba para templIar el local. De los 1.400 censados en ese colegio a media mañana habían votado nueve, contando a los miembros de la mesa. En otro de los colegios no había votado nadie. Los autobuses contratados para transportar a los votantes viajaban vacíos.

Castor José Rivera Martínez, de 28 años, es el veterinario del pueblo y presidente de una de las mesas "porque en estos pueblos pequeños siempre nos toca a los mismos, ya que no hay donde elegir". Castor Rivera no se atreve a explicar las causas de tan alta abstención. "Haría falta", dice, "un estudio sociológico para saber a qué se debe esto".

Luis Porto Mancebo, jubilado de 77 años, achaca la abstención de sus vecinos a que "las elecciones de ahora no son como las de la República y las de antes de la República. Entonces daban el panete (trigo para hacer pan) y el vino y venía a votar todo Dios".

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El alcalde de Baltar, Bernardino Cuquejo López, ratifica que por allí no ha ido nadie a hacer campaña. Cuquejo pertenece a Centristas de Galicia, el partido que lidera Victorino Núñez, presidente de la diputación, y que se integró hace unos meses en Coalición Popular. Sin embargo, el alcalde no siguió la consigna de CP y votó, igual que su mujer.

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