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EL REFERÉNDUM SOBRE LA OTAN

Gátova, el municipio del 'sí'

El PSOE ha obtenido mayoría absoluta en todos los comicios generales, autonómicos y locales

En Gátova, un municipio de 603 habitantes y un censo electoral de 508, situado en la comarca del Alto Palancia (Castellón), el Gobierno ha ganado, con toda seguridad, el referéndum sobre la Alianza. Esta población de la sierra Calderona, a 50 kilómetros de Valencia, ha otorgado la gran mayoría de sus votos a la opción socialista en todos los comicios electorales, ya fueran generales, autonómicos o locales.En la última convocatoria el PSOE obtuvo alrededor de un 80% de los votos. Y aunque el asunto de la OTAN parece caerles lejos a los vecinos de Gátova, entre el referéndum y la pavimentación de las calles convirtieron la jornada en un festejo.

El único colegio electoral estaba en una planta baja que hace las veces de abadía. Arriba vive el cura párroco, Antonio Esteban, un abogado que ejerce en Valencia y que sólo acude los fines de semana para cumplir con sus feligreses. En la abadía, donde permanecen arrinconadas las andas que salen en la procesión de la Virgen de la Merced, se habilitó una mesa presidencial y otra que contenía las papeletas de las tres opciones.

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A las nueve de la mañana, cuando se abrió el colegio de Gátova, se habían recibido dos votos por correo. Maribel Romero, María Teresa Esteban y Rafael Navarrete, el presidente de la mesa, que además es el director de la Caja de Ahorros de Segorbe, tiritaban de frío ante una estufa de butano. Compartían el calvario matutino la secretaria del Ayuntamiento, Mari Carmen Pascual, y el alcalde, José Romero, que permanecía como interventor del PSOE.

Conforme avanzaba la mañana, el cuerpo electoral, en su mayor parte mujeres, desfilaba por la abadía. "La mayoría del pueblo votará por la tarde, cuando terminen las tareas agrícolas", comenta el alcalde. Esto explica la presencia de muchas amas de casa que recogen las papeletas y regresan a sus domicilios sin acercarse siquiera a la mesa.

A las 11 de la mañana, sólo cuatro personas habían corrido la cortina de la cabina para ocultar su intención de voto.

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Felipe y Fraga

En este municipio, con un poblado ibérico a tres kilómetros, cuyos restos fueron empleados en delimitar los bancales, y dos torres árabes, utilizadas para cocinar paellas, se sabe aproximadamente qué va a votar cada cual. "Aquí está muy claro quién es de Felipe y quién de Fraga", dice el alguacil. A la lista conviene descontar los dos militantes comunistas que tiene Gátova. Entre sus vecinos la reserva es absoluta en lo que concierne a la decisión tomada respecto de la Alianza.Amparo Romero, de 77 años, dice: "Yo de la OTAN no entiendo; los que mandan son los que lo tienen que arreglar". Joaquín, el suegro del alguacil, es bastante más taxativo en su contestación. "Yo no opino nada", dice; "a mí me lavó las tripas la comadrona cuando nací y no me las tienen que volver a lavar". Rafael Martín, el alguacil, descubre en tono confidencial y pormenorizado el primer sondeo. "Éste votará sí; este otro no; esta pareja que acaba de entrar son tan buenas personas que lo mismo les da una cosa que otra, o sea, ni trigo ni paja".

Nadie sabe por qué Gátova, a la que se expropió medio término municipal para el campamento militar de marines, da por sistema la mayoría absoluta al PSOE. "Tal vez se deba a una cierta tradición republicana que viene de cuando, en los últimos meses de la guerra, el gobierno civil trasladó su aparato, y con él la capitalidad de la provincia, a Gátova", dice Martín. En la campaña, solamente el partido socialista ha realizado un mitin. "Al principio la gente tenía, con respecto a la OTAN, una psicosis de que habría que ir a la guerra; afortunadamente la televisión ha dejado claro el asunto", señala, convencido, el alcalde.

Entre tanto, la brigada de obras trajina con un asno para levantar el pavimento, una obra pública de indudable envergadura en este municipio, que tiene presupuestados 12 millones de pesetas para el año en curso.

En la plaza del pueblo varios corrillos de personas comparten el sol con los jubilados. "Es la consulta del médico", aclara un vecino. Para José Romero, alcalde y guarda forestal, nacido en Gátova, pero con residencia oficial a 18 kilómetros, en Segorbe, el referéndum está ganado.

La consulta, pero sobre todo las obras de pavimentación, han convertido la jornada en fiesta y jolgorio. Otra mujer, que acaba de depositar su voto, se despide de la mesa presidencial con un "buenos días y muchos años de paz".

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