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Incidente entre la policía y un equipo médico de urgencia por la asistencia a un moribundo

Avelino Alicarte López, de 78 años de edad, mecánico de profesión, falleció poco después de las nueve de la noche del pasado miércoles en su vivienda del paseo de Santa María de la Cabeza, número 120, 2º bajo, de Madrid. La dotación de un coche patrulla policial ordenó al equipo médico de urgencia que se desplazó al domicilio del fallecido su comparecencia en la comisaría del distrito para informar sobre la asistencia sanitaria prestada, presuntamente no correcta. Una hora después, y tras discutir la situación, los policías retiraron la orden. El servicio especial de urgencias de la Seguridad Social de Madrid estima que la actuación sanitaria fue "rápida y correcta", según la directora, Mercedes Sarró.

Un camillero y un conductor de una ambulancia llamados al domicilio de Avelino Alicarte se negaron a trasladar al enfermo a un centro sanitario hasta que llegara el médico y lo ordenase así, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Cuando llegó el facultativo -añade la misma fuente-, éste manifestó que no era necesario el traslado porque Avelino Alicarte había fallecido.Un coche patrulla del servicio policial de Seguridad Ciudadana fue requerido a las 21.15 del miércoles a la mencionada vivienda, donde los policías comprobaron que un camillero y un conductor de una ambulancia esperaban la llegada de un facultativo médico.

Según la referencia policial, la dotación de la ambulancia estaba esperando desde hacía 10 minutos. Cuando llegó el médico, éste certificó el fallecimiento de Avelino Alicarte a causa de un infarto.

"No me enteré de nada", manifestó ayer Felipa Vaquero, de 70 años de edad, esposa del fallecido, "sólo, de que estábamos cenando mi marido y yo y de pronto hizo así como un quejido y se me quedó".

Felipa Vaquero recuerda que muchos vecinos acudieron en seguida, al pedir ella ayuda "Creo que mi esposo ya estaba muerto. Algún vecino debió llamar a la policía y a la ambulancia, pero no se cómo fue. Yo no quiero denunciar nada. Estoy conforme. He perdido a mi marido, no teníamos hijos, y lo demás ya no importa", dice la mujer. Según Felipa Vaquero, su esposo estaba jubilado y había pasado enfermo de los bronquios los dos últimos años.

Comunicados

La directora del servicio de urgencias de la Seguridad Social de Madrid, doctora Mercedes Sarró, manifestó ayer sobre este asunto que "la actuación sanitaria fue rápida y correcta".Los hechos, según la doctora Sarró, sucedieron de la siguiente forma: "El servicio de urgencias recibió a las 21.09 el aviso de un vecino desde el teléfono 260 66 94 (corresponde a la casa de Avelino Alicarte). Dijo que un hombre estaba inconsciente. Se puso el médico de guardia y, por las frases de diversas personas que le llegaban a través del teléfono, interpretó que el paciente había fallecido".

La doctora Sarró continúa así su explicación: "No obstante, el médico, cursó aviso inmediato por sistema de radioemisora a la ambulancia M-149, que se encontraba próxima al lugar del aviso, y la ambulancia llegó a ese domicilio tres minutos más tarde, a las 21.12 horas. Paralelamente, el médico de guardia avisé por el mismo sistema de radio al médico de la zona del paseo de Santa María de la Cabeza, que llegó al domicilio del enfermo en el coche oficial M-149 -dotado de conductor y médico- cinco minutos después que la ambulancia, a las 21.17 horas".

La doctora Sarró precisa que el personal de la ambulancia comunicó su llegada al servicio central para recibir instrucciones. "Saben, porque han realizado cursillos de formación en este sentido, que hay circunstancias en que lo más importante no es el traslado inmediato del paciente. Se les dijo que esperasen al médico, que tardaría escasos minutos en llegar, porque si el paciente había fallecido, como parecía, no se puede hacer su traslado sin orden judicial, y si aún estaba vivo convenía que lo viera el médico por si era necesario un tratamiento específico".

Orden y contraorden

A las 21.26, según el comunicado que pasó la ambulancia al servicio central, la policía obligó a los empleados sanitarios a cargar al enfermo en la ambulancia, para trasladarlo a un centro sanitario. La ambulancia trasmitió otro comunicado a su sede central a las 21.38 según el cual el camillero y el conductor, así como el médico debían ir a prestar declaración a la comisaría, según les ordenaban los policías del coche patrulla."A las 21.55", continúa la doctora Sarró, "recibimos otro mensaje de la ambulancia, que no se entendió, y otro a las 22.02 reiterando la misma orden policial. Un rato después, a las 22.21, la ambulancia comunicó que, según la policía, ya no era necesario que los sanitarios fuesen a la comisaría. El médico volvió a su ambulatorio y la ambulancia a su sede central".

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