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Muere al arrojarse a un tren la madre de una víctima de la colza

Concepción Salido Ocaña, de 47 años, falleció el pasado lunes, tras arrojarse a un tren en marcha, en la localidad madrileña de Móstoles, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía. Francisco Lamela Villas, esposo de la víctima, manifestó que su esposa no había logrado superar el dolor que le había producido la muerte de su hija de 15 años a consecuencia del síndrome tóxico, causado por el consumo de aceite de colza adulterado.La víctima, que era considerada entre el vecindario de la calle de Río Genil, en Móstoles, como "una mujer alegre y jovial", salió de su casa el pasado lunes alrededor de las 19 horas y se dirigió andando hasta la estación de ferrocarril.

Concepción Salido aprovechó el momento en que un convoy se ponía en marcha para arrojarse a la vía. El tren no pudo detenerse a tiempo y arrolló a la mujer, cuyo cuerpo quedó prácticamente destrozado. Entre su ropa se encontró una foto de su hija, Macarena, otra de su hijo, Paquito, y su carné de identidad. El entierro se celebró el pasado martes.

Concepción sufría constantes depresiones y estaba sometida a tratamiento médico desde que se produjo la muerte de su hija Macarena, en el mes de octubre de 1981, en el hospital Clínico de Madrid.

La abuela de Macarena explicó ayer, entre lágrimas, que no podía imaginar, cuando su hija salió de casa el pasado lunes y se despidió de ella con un escueto "hasta luego", que iba a acabar con su vida. Tras el fallecimiento de su nieta, la abuela materna se trasladó al domicilio de la familia para estar cerca de su hija y tratar de aliviar su dolor. "Nada podía consolarla", manifestó. "Estuvo con la niña en el hospital todo el tiempo y sufrió lo indecible".

El hijo pequeño de la familia, Paquito, que ahora tiene 15 años, también enfermó a consecuencia del consumo de aceite de colza, pero logró superar la enfermedad.

Cándido Salido, el abuelo materno de Macarena, falleció de un infarto de miocardio 15 días después de que se produjera la muerte de su nieta. La familia, que se siente perseguida por la desgracia en los últimos años, culpa también de la muerte del abuelo a "esa maldita enfermedad".

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"Hablaba con la niña"

La víctima, según publicó ayer el diario Ya, solía decirles a las vecinas de su edificio que todos los días hablaba con la pequeña y que Macarena le decía que se fuera con ella.Francisco Lamela aseguró ayer que el suicido de su esposa se podía contar entre los muertos a causa del síndrome tóxico, puesto que Concepción "dejó de ser la que era desde el momento en que esa enfermedad entró en nuestra casa y se llevó a la niña".

Al principio de enfermar Macarena, la familia y los médicos desconocían el origen de la dolencia. Poco antes de que la pequeña muriese, Francisco Lamela se enteró por un programa de televisión de la existencia del síndrome tóxico provocado por el consumo de aceite de colza.

En el mismo programa se facilitaron diversas marcas de aceite y de empresas que lo habían envasado. Lamela comprobó instantes después que en la cocina de su casa había una botella de una de esas marcas.

La familia, que recibió de la Administración una indemnización de tres millones de pesetas como consecuencia del fallecimiento de la joven Macarena, pudo montar con el dinero un modesto bar en Móstoles, una localidad de 150.000 habitantes situada a 17 kilómetros de Madrid.

El síndrome tóxico afectó a 20.143 personas en toda España y ha provocado 344 muertes, según datos relativos al mes de septiembre del año 1985. Sin embargo, la cifra facilitada por los propios afectados sobre el número de muertes por esta causa se eleva a 500 personas. En Ia región madrileña, algunas de las localidades más afectadas fueron Leganés, Alcorcón, Móstoles y Torrejón de Ardoz.

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