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El primer ministro soviético descarta toda aproximación de la URSS a la economía de mercado

Pilar Bonet

El jefe del Gobierno soviético, Nikolai Rishkov, descartó ayer cualquier posibilidad de que la URSS adopte reformas, en la línea de la economía de mercado, como las realizadas en China y en Hungría, y defendió el reforzamiento de la planificación económica centralizada. En su intervención ante el 27º Congreso del PCUS, Rishkov señaló que las esperanzas de los ideólogos burgueses de que la economía soviética se aparte de la planificación no están justificadas, ni lo estarán.

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Nikolai Rishkov abogó al rnismo tiempo por una mejora de los mecanismos de dirección y una menor interferencia de la Administración en la autonomía limitada de la empresa. Hizo balance del último plan quinquenal, criticó la administración económica durante la época de Leonid Breznev y trazó las líneas de la política económica para el período 1986-1990 y hasta finales de siglo.Considerando 1983 como un punto de inflexión de una tendencia negativa iniciada en los años setenta, Rishkov trazó un plan de seis puntos para la autonomía empresarial contemplada por la actual dirección. Se trata de que la empresa utilice sus propios fondos para su modernización, construya servicios sociales en función de sus beneficios, haga depender los salarios de los resultados del trabajo, utilice relaciones, contractuales y evite las injerencias de los ministerios.

En el quinquenio 1981-1985 no se cumplieron algunos de los objetivos de mejora del nivel de vida. Así, los ingresos reales y el comercio no se incrementaron de acuerdo con lo previsto. Para el futuro, la mecanización en la industria debe crear un excedente de mano de obra reciclable hacia los servicios de 20 millones de trabajadores, la renta nacional debe duplicarse en lo que queda de siglo, y el ahorro de combustible debe permitir satisfacer el previsible incremento del 75% de la demanda.

En las relaciones económicas exteriores, Rishkov pidió prioridad a los países socialistas. Advirtió, sin embargo, que las viejas formas de relación de la época extensiva (la de Leonid Breznev, se entiende) ya no son válidas. Se pronunció por un "orden riguroso" en el gasto de divisas y por el establecimiento de prioridades en la importación en función de los proyectos para modernizar el país. Subidas de sueldo y aumento de las bajas de maternidad fueron anunciados para este quinquenio.

Mientras tanto, persistían ayer los rumores procedentes de círculos del Ministerio de Asuntos Exteriores que vinculan un eventual cese del titular de este departamento, Edvard Shevardnadze, de 58 años, con la reestructuración que el 27º Congreso del PCUS llevará a cabo, según todos los indicios, en el aparato del Comité Central, formado por 24 departamentos que actúan como una especie de ministerios.

Preguntado sobre el relevo de Shevardnadze, Giorgi Arbatov, jefe del Instituto de EE UU y Canadá, dijo que no sabe nada, aunque señaló la posibilidad de que Shevardnadze pase del Ministerio de Exteriores, cuya titularidad tiene desde julio de 1985, a reemplazar a Boris Ponomariov, de 81 años, que es jefe del departamento de Internacional desde 1955.

El futuro de Shevardnadze

Fuentes soviéticas habitualmente bien informadas ho excluían esta posibilidad, aunque se negaban a darle un apoyo total. Señalaban, además, que el relevo de Ponomariov ha sido tratado por la dirección soviética y que Shevardnadze sería la "persona idónea" para ello. Ponomariov, que hizo carrera política en el Komitern, (Internacional comunista) en los años treinta, y que durante un tiempo fue considerado como el rival de Gromiko, es miembro suplente del Politburó.Otra de las hipótesis que se barajan es que Shevardnadze concentre en sus manos el departamento de internacional y el que se ocupa de relaciones con los partidos comunistas en el poder, encabezado hasta hace unos días por Konstantín Rusakov. Rusakov se jubiló por razones de salud en el último pleno.

La fusión del departamento de internacional y del relaciones con los partidos comunistas en el poder será posiblemente uno de los resultados del congreso, donde Boris Eltzin abogó por una reestructuración del aparato del Comité Central. La unión, de ambos departamentos supondría un poder importante para Shevardnadze, que ha dado sus primeros pasos en política internacional en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Al frente de la diplomacia de la URSS se necesita un profesional de la misma, en opinión de medios soviéticos, que barajan los nombres de Anatoli Dobrinin, embajador en Washington, y Yuri Boronzov, embajador en París, como eventuales sustitutos. Dobrinin estaba vinculado a la época de Andrei Gromiko, pero tenía muy buenas relaciones con Yuri Andropov, y se encontraba un tanto alejado de Gromiko. Boronzov, un peso pesado del servicio diplomático, necesita aún de tablas, en opinión de los citados medios.

La reestructuración del aparato del Comité Central puede afectar también a Leonid Zamiatin, jefe del departamento de información internacional, quien podría volver a la agencia Tass, donde ya estuvo entre 1970 y 1978 como director.

En la cadena de relevos de responsables de información y propaganda se cuenta el director de la agencia Novosti, Pavel Navlov, reemplazado por Valentin Falin, ex embajador en Bonn. Víctor Afanasiev, redactor jefe de Pravda, continuaba ayer en su puesto, según un portavoz del periódico, que no quiso comentar los rumores sobre su inminente sustitución.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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