"Deje ya de referirse a Mijail Sergeievich"
El nombre de Mijail Gorbachov está siendo mencionado lo menos posible durante el 27º congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), en contradicción con la constante práctica de adulación a Leonid Breznev durante el último congreso, en 1981.Toda esta semana, evidentemente bajo instrucciones, los oradores han sido parcos en las menciones al actual líder soviético. Pero Lev Kulidzhanov, director de cine que encabeza el sindicato de trabajadores cinematográficos, encontró aparentemente dificultades para romper con sus viejos hábitos, durante una presentación de Gorbachov.
"No quiero repetir lo que se ha dicho aquí acerca del informe político que ha hecho Mijail Sergeievich Gorbachov", comenzó diciendo Kulidzhanov. "Yo estoy totalmente de acuerdo con su profundo análisis. Cuando Mijail Sergeievich terminó su intervención y se levantó, yo lamenté involuntariamente, si puedo decirlo así, que hubiera terminado. Gracias, Mijail Sergeievich, por vuestra brillante lección", continuó Kulidzhanov, mientras se volvía al lugar donde estaba sentado Gorbachov, delante de él. Gorbachov le impidió continuar y dijo: "Deje ya de referirse a Mijail Sergeievich", mientras la audiencia rompía en aplausos y esbozaba sonrisas.
Kulidzhanov, acusando el golpe, parafraseó entonces su anterior comentario: "Esa es una lección que todos nosotros debemos aprender". Este intercambio fue escogido para su difusión en el noticiario vespertino de la televisión soviética que, con el ejemplo, quiso subrayar la actual política oficial de evitar el desarrollo de otro culto a la personalidad.
El nuevo estilo ha sido evidente desde que Gorbachov asumió el liderazgo soviético y se ha traducido tanto en una orden dada a los directores de medios informativos para reducir el uso de su nombre como en el hecho de que su retrato no ha aparecido en las calles.
Boris Yeltsin, el nuevo alcalde de Moscú, ha hecho una aguda crítica contra el culto a la personalidad, que convirtió, dijo, a todos los mandatarios del pasado en "trabajadores milagrosos". "Debemos tener modestia en el culto de nuestro trabajo y nuestra conducta y bloquear desde el comienzo cualquier aparición del síndrome del liderazgo", añadió el dirigente moscovita.
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