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Las empresas estatales mexicanas, suspenden pagos durante al menos 30 días

Joaquín Estefanía

Mientras se discutía sobre la eventualidad de una moratoria sobre la deuda externa, la suspensión de pagos llegó al sector público mexicano. Varias de sus empresas más importantes, entre ellas la todopoderosa Pemex, decidieron postergar los pagos a sus proveedores nacionales durante al menos un mes. Paralelamente, el embajador itinerante de Estados Unidos, Harry Shlaudeman, lleva a cabo una gira por las principales capitales latinoamericanas, intentando adelantarse a una toma de posición conjunta de la región sobre los 368.000 millones de dólares (más de 55 billones de pesetas) que adeuda a los países industrializados.

Nadie diría, observando la impresionante torre que Petroleos Mexicanos (PEMEX) posee en el centro de México DF -y que no fue afectada por los terremotos del pasado septiembre-, que hasta ella ha llegado la austeridad. Las dos bajas oficiales del precio del petróleo mexicano han tenido una consecuencia inmediata: Pemex ha anunciado que suspende los pagos a sus proveedores por 30 días. Inmediatamente ha proseguido la carrera. Así, empresas estatales como la Comisión Federal de Electricidad, Sidermex, Ferrocarriles Nacionales, Metro y Renta 100 han tomado la senda de Pemex. La medida tiende a generalizarse en el sector público del que, en general, se desconocen sus balances, sus cuentas de resultados y hasta las auditorías internas que, en las sociedades que lo componen, se realizan.Según un economista consultado, no hay que escandalizarse por lo ocurrido. En realidad sólo oficializa una situación que ya se venía produciendo: el diferimiento de los pagos de muchas empresas públicas. Las consecuencias son de sentido común: en una primera estimación se prevé que 3.500 empresas medianas y pequeñas, habituales suministradoras de las sociedades en moratoria, entrarán en riesgo de quiebra por falta de liquidez. Siguiendo el proceso, ello significa que no podrán pagar las nóminas, dejarán de producir, sus propios suministradores tampoco podrán cobrar, etcétera. Peligro de paralización del país.

Crédito cero

En la práctica es aún más complicado. Un empresario español, que durante estos días recorre México intentando vender sus productos, pregunta asombrado a un banquero extranjero por una oficina de representación (sólo el Citibank de entre las entidades extranjeras que operan tiene más de una oficina en México): "¿Cómo sobreviven aquí las empresas, si suspenden pagos las que les dan trabajo y el crédito está totalmente cerrado?. ¿Cómo se financian?". El banquero responde: "es un misterio, pero en México pocas veces las empresas, excepto las estatales ahora, suspenden pagos".

La restricción temporal del crédito privado, casi al 100%, tiene como objetivo, según un financiero español, presionar para que las empresas vuelvan a traer los dólares que un día exportaron ilegalmente a los Estados Unidos. Así se financian y, de paso, mantienen casi estable el tipo de cambio del peso.

Mientras esto sucede en el interior de México, en el exterior se ha iniciado una avalancha diplomática. A primeras horas del lunes los aviones oficiales despegaban, uno tras otro, del aeropuerto Ildefonso Gómez Cortés, de la capital mexicana. El secretario de Haciendo, Jesús Silva Herzog, acudía a Washington y Nueva York a negociar con las autoridades estadounidenses y la banca internacional, el paquete de rescate financiero de México.

Ofensiva diplomática

Paralelamente, Bernardo Sepúlveda Amor, el canciller mexicano, partió hacia Punta del Este (Uruguay) para'asistir a sendas reuniones del Grupo de Contadora y del Grupo de Cartagena. A finales de la semana, Silva Herzog y Sepúlveda Amor representarán conjuntamente a México en la cumbre de los 11 países más endeudados de América Latina en la que se planteará una postura unitaria frente a los acreedores, y principalmente frente a los Estados Unidos, que los encarnan.

El embajador itinerante de Ronald Reagan, Harry Shlaudeman, está por su parte llevando a cabo una gira por las principales capitales latinoamericanas. Se ha entrevistado ya con Belisario Betancourt y hoy lo hará con Alfonsín. Según algunos analistas la deuda exterior ha sustituido, al menos coyunturalmente, a Centroamérica como principal preocupación de los Estados Unidos en la región. Shlaudeman trata de adelantarse con su gira a la reunión del Grupo de Cartagena a la que seguirá, pocos días después, la del Grupo de los 24 en Buenos Aires.

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