Felipe González cree que la salida de la OTAN significaría "un paso atrás de dimensiones incalculables"

El presidente del Gobierno, Felipe González, consideró ayer que sería "un error" que España abandonase la Alianza Atlántica "y quedar exclusivamente vinculada a Estados Unidos". En una conferencia de prensa celebrada ayer en la Moncloa y convocada a última hora de la tarde del domingo, González consideró una eventual salida de la OTAN, si triunfa el no en el referéndum, "un paso atrás de dimensiones incalculables". Respecto a las posibles consecuencias de una derrota del Gabinete en la consulta popular, el presidente aseguró que "el Gobierno tiene voluntad de cumplir su mandato como Gobierno".

Horas antes de que la campaña electoral del referéndum del 12 marzo se iniciara oficialmente Felipe González protagonizó una conferencia de prensa en la que admitió que el Gobierno siente "inquietud" ante el resultado de la consulta popular. Ganar el referéndum, dijo, "no es fácil". Mostrando un tono mucho menos belicoso hacia la oposición que el que otros dirigentes socialistas utilizaron en semanas precedentes, González aseguró que, si resulta vencedor el sí, hará un llamamiento al día siguiente a las restantes fuerzas políticas para llegar a un pleno consenso en política exterior. "Un triunfo en el referéndum no será aprovechado por el Gobierno para otros fines; está lejos de mi intención abrir nuevas brechas", manifestó.También confió en que "todos" -refiriéndose de manera muy especial a la izquierda- acepten un resultado positivo del referéndum aunque la victoria del Gobierno se produjese por un mínimo margen, a lo que no pareció atribuir un significado especial.

González, que ayer mismo recibió una nueva carta de Manuel Fraga, presidente de Alianza Popular, relacionada, con la pureza del escrutinio electoral, aseguró que le da risa que alguien pueda pensar en un fraude en el recuento: "El Gobierno no controla el resultado, sino que lo hace la Junta Electoral; los tiempos de trucar los resultados de un referéndum han pasado ya". A continuación, y pese al tono conciliador que empleó para referirse a la oposición, declaró que trataba "de no hablar del pasado", en inequívoca referencia a la consulta popular organizada durante el franquismo, en 1966, siendo Fraga ministro de Información y Turismo.

Dentro del tono moderado que utilizó para referirse a la posición abstencionista de Coalición Popular, González calificó de "contradictoria" y de "especialmente incoherente" esta tesis, negándose sin embargo a considerarla "antidemocrática" como hizo semanas atrás el secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas. El presidente aprovechó no obstante la ocasión para subrayar que "algunos sectores representados por la derecha interpretan la actitud de Fraga como de castigo al Gobierno, y por tanto piensan votar no".

También acusó a Coalición Popular de basar su postura abstencionista "no en un debate sobre si se debe permanecer o no en la Alianza Atlántica, sino que lo que discuten es la permanencia del Gobierno o no, el desgaste o no de este Gobierno". "Son ellos los que convierten la consulta en un plebiscito", agregó.

Felipe González se mostró especialmente cauto al responder a las preguntas sobre su futuro político personal si el Gobierno pierde la consulta: "No diré a los ciudadanos si voy o no a dimitir, porque podrían pensar que introduzco un elemento espurio en el debate".

Más tarde aseguró que ni se le había ocurrido en estos días pensar en el general De Gaulle, quien se retiró a la vida privada tras perder un referéndum que pretendía la descentralización administrativa de Francia en 1969.