Las dos superpotencias dominan el 'Mare Nostrum'
Los intereses económicos y estratégicos en el Mediterráneo son de tal importancia para los dos bloques que la proyección de Estados Unidos y la Unión Soviética en este mar ha originado que sean ambas superpotencias las que poseen los mayores efectivos militares en el área, concretados en la V Eskadra, por parte soviética, y en la VI Flota, por parte estadounidense. La suerte de cualquier conflicto que se desarrolle en el Mediterráneo estará condicionada por el papel que adopten en el mismo las dos grandes potencias.
"El eje soviético de penetración terrestre", dice el contralmirante Jesús Salgado Alba en la Revista General de Marina de mayo de 1985, "va dirigido ha cia los países de Oriente Madio y norte de África. Su objetivo es doble: conseguir bases para sus fuerzas aeronavales en el Mediterráneo y amenazar a Europa por el flanco sur. Esta penetra ción terrestre ha conseguido ya asentarse con mayor o menor intensidad en tres países: Siria, Libia y Argelia, y ha fracasado en Egipto".
Frente a la estrategia de penetración, el bloque occidental desarrolla el de contención, según Salgado Alba, y "su instrumento más definido y eficaz es la VI Flota". El capitán de navío Francisco Obrador Sierra, del Instituto de Estudios Estratégicos del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Cesieden), escribía en abril de 1984: "La URSS mantiene desde hace años un despliegue naval avanzado en el Mediterráneo, concentrado fundamentalmente en su parte oriental. Suele estar integrado por unas 50 unidades entre buques de combate de superficie, submarinos (siete), buques de desembarco y unidades auxiliares. Sus misiones son: vigilancia y seguimiento de los portaviones americanos de la VI Flota en su calidad de blancos potenciales; y presencia".
Bases de EE UU y la URSS
De las 50 unidades de la V Eskadra, al menos la mitad son buques de inteligencia (espionaje), en algunos casos camufiados bajo la apariencia de pesqueros o barcos de transporte. De esa forma, la URSS suple la falta de cobertura aérea debida a su lejanía fisica, ventaja con la que cuentan EE UU y la OTAN. Los barcos soviéticos cuentan con bases de apoyo en Siria y Libia, pero tienen la gran desventaja de que sus buques, correspondientes a la Flota del Mar Negro, tienen que cruzar siempre el estrecho de los Dardanelos, controlado desde las costas turcas y griegas.
La VI Flota norteamericana está compuesta por unos 45 buques de combate -dos de ellos portaviones, y seis submarinos-, cerca de 200 aviones -entre ellos F-14 y F-18, los más avanzados del mundo- y 25.000 hombres. Cuentan con bases de apoyo en Rota (Cádiz), Sigonella (Italia) y con puntos de apoyo en Grecia y Turquía. Esta flota es el componente naval estadounidense del Mando Unificado Americano en Europa, cuyo jefe, punto de gran importancia, es el mismo comandante supremo aliado para Europa (Saceur) de la OTAN.
Ventaja de EE UU
La ventaja estratégica y potencial estadounidense frente a la URSS es considerada "evidente" por los militares consultados, quienes, sin 'embargo, y desde el punto de vista español, ponen de relieve que anualmente cruzan el estrecho de Gíbraltar más de 50 submarinos soviéticos, la mitad de ellos nucleares, según datos manejados por la Escuela de Guerra Naval.
En muchos casos, estos submarinos soviéticos cruzan el Estrecho saltándose las normas internacionales, según las cuales el paso de sumergibles por esos estrechos internacionales debe hacerse en superficie. El 19 de septiembre de 1984, un submarino nuclear soviético de la clase Viktor chocó con el mercante Bratstvo, de la misma nacionalidad, cuando el buque de guerra trataba de pasar desapercibido el estrecho de Gibraltar bajo el casco del mercante.
Las unidades estadounidenses de la VI Flota participan regularmente en ejercicios con buques o submarinos de países mediterráneos aliados, como es el caso de España. Las unidades soviéticas, integradas en el Soviet Mediterranean Squadron (Sovmedron), han realizado también en los últimos años ejercicios navales con las marinas de guerra de Libia y Siria, así como de otros países del Pacto de Varsovia.
Ambos bloques poseen submarinos con misiles nucleares de largo alcance, con los que, desde no importa qué punto del Mediterráneo pueden alcanzar cualquier objetivo situado en los países ribereños, la mayoría de los cuales no posee ningún tipo de arma similar.
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