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El Consejo de Ministros a adjudicará las torres de Jerez de Rumasa, al grupo inmobiliario filipino Zobel

Las torres de Jerez, el buque insignia inmobiliario del imperio Ruiz-Mateos, pasa a manos privadas. El Consejo de Ministros examinará probablemente hoy, aunque no ha sido posible confirmarlo, la propuesta de adjudicación de las sociedades Protesa, propietaria de las llamadas torres de Jerez, e Inmobiliaria Reunida, SA (IRSA) que le ha sido presentada por la comisión asesora del Gobierno para la reprivatización de las empresas del grupo Rumasa, reunida el pasado día 14, sancionando la propuesta de adjudicación de las torres gemelas de Jerez, en la madrileña plaza de Colón, a favor del grupo inmobiliario filipino Zobel.

El Consejo de Administración de Rumasa, en su reunión del pasado 31 de enero, examinó las ofertas presentadas para el grupo inmobiliario del antiguo holding Rumasa, constituido por dichas dos sociedades que se ofertan en bloque. A la puja se han presentado cinco ofertas, todas ellas con un componente de capital español. Además de Zobel, concurrían un llamado "grupo Armero", presentado a través del despacho de Mario Armero y las empresas del sector inmobiliario Coesplasa, Bami SA -que cotiza en la Bolsa de Madrid- y Álvarez Valls SA, inmobiliaria catalana encabezada por Miguel Álvarez Berasa.

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El grupo encabezado por Enrique Zobel es un conglomerado de cerca de 200 empresas con intereses muy fuertes en el sector inmobiliario filipino, en todo el área del Pacífico, y también en España, entre ellos en la urbanización Sotogrande (Málaga). Zobel es también copropietario de Cervezas San Miguel. La nota exótica de Zobel la pone el sultán de Brunei, importante socio de los filipinos. Para Zobel ha trabajado como broker en esta operación el ex ministro Juan Miguel Villar Mir, actualmente presidente de la compañía Electra del Viesgo.. La oferta de Zobel se eleva a un total cercano a los 10.000 millones de pesetas, a pagar en ocho años, lo que, de acuerdo con las fuentes, viene a ser una cifra actualizada de unos 4.000 millones de pesetas, a pagar por las torres y por IRSA. El valor de reposición de las torres ronda los 3.000 millones.

A las torres de Jerez le han salido al final bastantes novios, más de los esperados para unos ,inmuebles sobre los que llueven las críticas de los expertos inmobiliarios. Candidato a las torres, ha sido de nuevo Hans W. Langner, consejero delegado de Hispano Alemana de Construcciones, del grupo Transworld, que se presentaba con una serie de inmobiliarias de la RFA. Su oferta definitiva no llegó dentro de plazo. Candidato serio ha sido la compañía de seguros Mapfre, pero Mapfre sólo estaba interesada en las torres y no en IRSA.

Con las torres de Jerez, un ambicioso proyecto iniciado en 1968 por el promotor Osinalde, llegó el escándalo. a un Madrid muy castigado urbanísticamente por la especulación y los apaños administrativos. Al final, de las famosas torres de la plaza Colón, obra del conocido arquitecto Antonio Lamela, salió una cosa híbrida, un ni carne ni pescado, que no era óptimo ni para viviendas ni para oficinas. De los 26.000 metros cuadrados totales sólo son útiles 12.000, con sólo apenas 300 metros cuadrados por planta, de lo que hay que descontar espacios comunes, todo lo cual lo hacen sólo utilizable para pequeños despachos.

Rumasina, SA, compró las torres el 30 de diciembre de 1976, pagando en torno a 2.000 millones de pesetas, con un precio por metro cuadrado superior a las 140.000 pesetas.

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