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Represión en Seúl

Corea del Sur no es Filipinas. Su progreso económico y social es una realidad. Existe un enemigo exterior real y amenazante. La legitimidad de su Gobierno no ha sido puesto en duda en las calles. Sin embargo, ( ... ) la oposición se mueve y el Gobierno reprime.( ... ) Corea del Sur disfrutó de una vigorosa vida política en el inicio de la década de los sétenta. Su fuerza procedía de su presidente el ex general Park, que fue derrotado por Kim Dae Jung en 1971 y empezó a moverse con la idea de acabar con los políticos que imponían Gobiernos militares. Bajo este sistema, en vigencia hasta ahora, el próximo presidente será elegido indirectamente por un colegio electoral. La oposición terne que esto dé al actual presidente, Chu Doo Hwan, la clave para decidir su sucesión. Se ha tratado de organizar una petición que exija unas elecciones populares directas. Como resultado, el ex candidato Kim y su compañero, el dirigente de la oposición Kim Young Sam, candidatos potenciales a la presidencia en 1988, se encuentran bajo arresto domiciliario.

En Seúl no existe sentimiento de crisis y en Washington hay una profunda aversión a que se desarrolle un segundo país dependiente de EE UU en Asia. ( ... ) Chun y los generales son expertos en contener la agitación política. Los Kim tienen también una gran experiencia en aguantar arrestos domiciliarios y aun cosas peores. (...)

Sería prudente, sin embargo, no contar con ello. El deseo de democracia es una realidad en Corea, como corresponde a una sociedad que madura económica y políticamente. Los generales y los Kim entienden que en Corea del Sur, como en Filipinas, EE UU ejerce una doble influencia, en cuestiones de seguridad tanto como en las de democracia. Cada grupo tiene puesta su atención en la política que EE UU desarrolle en este área. ( ... )

19 de febrero.

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