Los observadores norteamericanos detectan numerosos casos de fraude
Los observadores enviados por el presidente Ronald Reagan a las elecciones presidenciales filipinas manifestaron anoche su preocupación por lo que calificaron de abundantes pruebas de fraude.El senador Richard Lugar, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense y jefe de la delegación de 20 legisladores y ciudadanos privados norteamericanos enviados por Reagan como observadores, declaró ayer a la cadena de televisión CNN que era escéptico sobre la limpieza de las elecciones presidenciales filipinas.
Lugar manifestó que se había interrumpido la información sobre la votación a un grupo de observadores, aunque desconocía la causa. "Estoy seguro de que se han producido algunos abusos mientras tanto", añadió.
"El Gobierno puede estar profundamente implicado en el resultado y puede estar intentando hacerse con la situación", especuló el legislador norteamericano. "No creo que en este momento podamos saber cuáles eran los deseos del pueblo", agregó.
Un portavoz de Lugar había informado poco antes que el equipo de observadores norteamericanos había encontrado "evidencia sustancial de fraude" y que se encontraba "muy preocupado" por un montón de cosas, incluida "la lentitud del recuento". Además de esa lentitud, Lugar criticó la interpretación que la televisión gubernamental había hecho de sus observaciones sobre la elección el día anterior.
Lugar "estaba muy impresionado por el entusiasmo de los votantes y por la tareas de NAMFREL", en palabras del mencionado portavoz.
Recuento manual
La mayoría tuvo que proceder al recuento manual. Además, las urnas de las pequeñas aldeas rurales tuvieron que ser transportadas a Ayuntamientos mayores, con la consiguiente vulnerabilidad.John Hume, de Irlanda del Norte, que ha acudido a Filipinas como miembro de un grupo de observadores de 19 países, declaró: "No puedo evaluar esta elección porque no tengo datos".
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes, no quiso aventurar ayer comentarios sobre las elecciones y el futuro papel de Estados Unidos en Filipinas hasta que vuelvan los observadores e informen al presidente Ronald Reagan.
Speakes, en su habitual conferencia de Prensa de todos los días, evitó cualquier reacción norteamericana sobre el desarrollo electoral en Filipinas, aliado especial y bastión estratégico en la cuenca del Pacífico, donde Estados Unidos cuenta con las dos superbases de Subic Bay y Clark Field, con efectivos humanos que superan los 18.000 hombres y el material militar más avanzado.
Para la oposición moderada filipina, la opinión y reacciones de la Administración norteamericana a las elecciones de ayer son de vital importancia por cuanto suponen una clara referencia sobre la fuerza política y el apoyo con que cuenta Ferdinand Marcos, el viejo aliado norteamericano.
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