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La segunda fase de restauración de la capilla Sixtina muestra a Miguel Angel como un gran colorista

La restauración de parte de la bóveda de la capilla Sixtina, de Ciudad del Vaticano, ha desvelado a un Miguel Ángel fulgurante de color que echa por tierra su fama de genio tenebroso, al tiempo que ha dejado al descubierto las correcciones hechas por el propio pintor renacentista. El martes, los especialistas restauradores del Vaticano mostraron los resultados de esta segunda fase de restauración de la capilla Sixtina, que se ha realizado entre diciembre de 1984 y enero de 1986 y que ha demostrado también que Miguel Ángel no siempre actuó solo en la realización de sus famosos frescos.

Una de las novedades surgidas durante la restauración de esta segunda fase es que Miguel Ángel no pintó siempre solo los magníficos frescos de la capilla Sixtina, pues él mismo mandó ir al Vaticano a pintores de talla de Florencia. Otra de las novedades es que, según el director de los laboratorios de restauración de pinturas de los museos vaticanos, el profesor Carlo Pietrangeli, se han descubierto "arrepentimientos del artista en las figuras de los profetas Zacarías y Joel, así como en las de Noé y en dos desnudos. Los arrepentimientos los realizó parte al fresco y parte en seco. Sobre todo aportan modificaciones al perímetro de las figuras".Los restauradores, que han trabajado bajo la dirección de Frabrizio Mancinelli, han liberado los frescos de Miguel Ángel del polvo, las grasas y el humo acumulados durante siglos, y el resultado final es impresionante. Los colores brillan ahora con intensidad al recobrar su esplendor primitivo. Dominan los colores cálidos, ricos en tonalidades verdes, naranjas, azules y amarillas. Judit lleva un vestido claro, y la sirvienta, uno de tonos marrones claros, mientras el profeta Zacarías luce una túnica de color verde luminoso. Los contornos son de una enorme precisión, y los fondos, claros. La lectura del conjunto aparece perfectamente clara para el espectador -como debía ser lógicamente-, recobrando su fuerza y su simplicidad. "Estos trabajos de restauración han aportado una importante revelación", ha señalado el profesor Mancinelli, "Miguel Ángel era un gran colorista".

Junto a la restauración se ha llevado a cabo un estudio del microclima de la capilla Sixtina para examinar los fenómenos que se producen con los cambios de temperatura externa, la presencia de mucho público y el calor de las lámparas. Está prevista la instalación de una moqueta gigante que impedirá que el polvo suba hasta el techo y penetre por los poros de las paredes.

El trabajo de restauración realizado hasta la fecha en la bóveda de la capilla Sixtina comprende las figuras de los profetas Zacarías y Joel, la sibila délfica, Judit portando la cabeza de Holofernes, David venciendo a Goliat, Noé y los cuatro desnudos. Ya antes se restauraron las 14 lunetas con los antepasados de Cristo, pintadas por Miguel Ángel entre 1508 y 1512 encima de los ventanales de las paredes laterales; los 28 pontífices pintados entre 1481 y 1483 por Botticelli, Perugino, Ghirlandaio, Signorelli y Rosselli, y los paneles con la historia de Jesucristo y Moisés, frescos efectuados por Endrik van den Broeck y Matteo de Lecce en la pared de la puerta de ingreso, entre 1571 y 1572. Los trabajos de esta primera fase de restauración duraron cuatro años (1981-1984) y en ese tiempo se restauró una superficie de 604 metros cuadrados.

A finales de 1984, con el patronazgo financiero de una cadena japonesa de televisión, dio comienzo la segunda fase de restauración, que comprende la limpieza de la bóveda de la Sixtina, de 750 metros cuadrados, y que deberá acabarse en 1988. La parte de esta fase realizada hasta el momento, y que fue presentada el martes, comprende en total 120 metros cuadrados. La última fase, según informó Pietrangeli, prevé la limpieza del Juicio final.

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