Alzaga y Segurado animaron a Fraga a decantarse por la abstención

La decisión de Coalición Popular de promover una "abstención activa" ante el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN fue acordada por Fraga, Alzaga y Segurado a mediados de diciembre del año pasado, después de que durante varios meses el presidente de Alianza Popular se mostrase dispuesto a echar una mano al Gobierno, en el caso de que definitivamente persistiese en el "error" de celebrar la consulta popular en vez de evitarla con la celebración de elecciones anticipadas.

Destacados representantes de la Coalición Popular mantuvieron a finales del verano pasado conversaciones con el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, para intentar obtener la renuncia al referendum. La conferencia y las afirmaciones hechas por Felipe González en el Wilson Center de Nueva York fueron interpretadas por el Partido Demócrata Popular y el Partido Liberal como un punto de no retorno, a partir del cual decidieron adoptar una postura de inhibición e insistieron a Fraga para que se decantase por idéntica actitud. La decisión final de Fraga no fue ajena tampoco a la evolución del debate interno de su propio partido.El Gobierno ha señalado públicamente en alguna ocasión que el presidente de AP ha variado su opinión -al contrastar sus comentarios tras entrevistas mantenidas con Felipe González el año pasado y las declaraciones que ahora hace-, pero ha evitado un acoso con descalificaciones ante el temor de una reacción rupturista de Fraga.

En marzo de 1985, el presidente nacional de Alianza Popular afirmó que su partido no se iba a oponer al Gobierno si éste celebraba el referéndum, en contra de la opinión de las fuerzas parlamentarias conservadoras, y se limitó a eludir cuál sería la actitud de los aliancistas en la campaña electoral.

Tres meses después, el 22º Congreso de la Unión Europea Democristiana, celebrado en Madrid, con presencia de destacados dirigentes del Partido Demócrata Popular (PDP) de óscar Alzaga, pidió al Gobierno socialista que reflexionase sobre su voluntad de convocar el referéndum.

A finales del mes de octubre, el presidente nacional de AP mantuvo una entrevista en Bruselas con el secretario general de la OTAN, lord Carrington. Al término de la reunión, Fraga reiteró su opinión de que el Gobierno no debía celebrar la consulta popular sobre la permanencia de España en la Alianza Atlántica, pero admitió que AP actuaría conforme a los intereses nacionales y que si fuera necesario tendería la mano al Gobierno.

Pocos días después, en uno de sus viajes a Galicia, el líder de la oposición conservadora declaró que "quien creyese que yo iba a salir en televisión a pedir la abstención en el referéndum no tiene en la cabeza y en el corazón lo que yo tengo. Quien haya podido pensar eso desde luego no mostraba un gran coeficiente intelectual".

En plena campaña para la elección del Parlamento gallego, Fraga reiteraba eri una entrevista que "empecinarse en mantener el referéndum es una gran equivocación", aseguraba que dicho error debía "pagarlo el Gobierno de su bolsillo" y condicionaba "pedir que se vote" a la formulación de una pregunta "que no cierre el futuro" y no suponga la aprobación general de la política exterior gubernamental.

A mediados de diciembre, Fraga anunciaba públicamente, tras conversaciones con óscar Alzaga y José Antonio Segurado, que Coalición Popular mantendría una "abstención activa" si finalmente se celebraba el referéndum. Entre los motivos aducidos se encontraba que la integración en la OTAN hubiese sido decidida ya por el Parlamento, y por tanto por los representantes de la soberanía popular, así como el cambio de intencionalidad en el PSOE -que inicialmente había promovido el abandono de la Alianza- y el presunto , carácter plebiscitario de la consulta.

El Partido Nacionalista Vasco y, especialmente, Convergéncia Democrática de Catalunya han limitado sus pronunciamientos a desvincularse de la celebración de la consulta popular e insistir en que se trata de un "problerna" del Gobierno.

Por su parte, el PCE, el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) y la Mesa para la Unidad de los Comunistas han hecho de la lucha contra la permanencia de España en la OTAN su bandera política con enganche popular.