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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Descubrir una emoción

Teatro sin palabras. Las palabras están puestas fuera, en el programa: poemas, un breve ensayo; son de otro género y de otra crítica. Lo que interesa aquí es un espectáculo que deja sin aliento durante la hora que dura. Paco Azufre, se nos dice, ha sido profesor de niños autistas y esquizofrénicos o marginales; ha trabajado en compañías teatrales -Lidsay Kemp-, y mantiene un taller de teatro en Granada. Logra de esas experiencias una comunicación de niveles primitivos. El molde está en esos niños y en los que en ellos conecta con otras fuentes originales: lo tribal, lo africano, el derviche danzante... Y con sensaciones directas de niveles ernotivos: el orgasmo, la desesperación, el llanto, la alegría. Hay algo muy poderoso en esta creación escueta, basada en la imagen humana y en el ritmo.Todo ello se hace carne en un ser que aparece como excepcional. Es una muchacha que se llama Cristo, y que ha sido hallada y formada en la escuela de Granada. Es posible que sin ella todo lo que hay de creación intelectual en el espectáculo se perdiera. La capacidad para transmitir las emociones con la expresión corporal es sorprendente; la suavidad con que descompone los gestos y los recompone, la docilidad del cuerpo, la comunicación de sensaciones, son de primer orden. No es posible ahora, por la limitación misma y el sentido único del espectáculo, decir si este trabajo corporal puede tener otras aplicaciones al teatro que permitan calificarla de actriz; por ejemplo, no se sabe qué puede hacer con la palabra, porque no la usa -apenas unas exclamaciones o unas frases repetitivas- o si la disciplina del ballet clásico o moderno podría albergarla. Lo que se ve es una fascinación corporal, y se sabe que no es solamente instintiva o natural, sino inteligente, meditada y largamente estudiada. Azufre, como compañero de escena, tiene poca significación en sí mismo, aunque parece tenerla de manera decisiva en la creación del espectáculo, en su dirección y en el hallazgo de esta joven figura y su dirección. No es, quizá, un espectáculo fácil para todos los espectadores, pero merece la atención de quienes buscan algo más, y sobre todo de los profesionales del teatro, que encontrarán en él mucho sobre lo que reflexionar.

El ni yo perdido y hallado en la hez

Un trabajo teatral de Azufre, interpretado por Azufre y Cristo. Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes. Madrid, 31 de enero.

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