Tres viajes con secretos
Los transbordadores espaciales estadounidenses han participado ya por lo menos, en tres misiones con fines militares. Dos de ellas se realizaron desde el transbordador Discovery, en los meses de enero y junio de 1985, y la tercera, desde el Atlantis, en octubre del pasado año. En todos los casos, el Pentágono y la Agencia Espacial Norteamericana (NASA) guardaron en secreto varios aspectos de las operaciones, al menos una de las cuales estuvo directamente relacionada con la llamada Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) o guerra de las galaxias.
La primera operación de carácter militar realizada desde un transbordador, el 24 de enero del año pasado, consistió, según datos revelados por los medios de comunicación estadounidenses, en la colocación en el espacio de un satélite espía concebido para captar datos sobre el territorio meridional de la Unión Soviética. La difusión de este hecho causó un fuerte malestar en el Pentágono, pero algunos periódicos norteamericanos aseguraron entonces que el lanzamiento del satélite destinado a sobrevolar la URSS era tan sólo una entre las varias misiones militares que cubría aquel vuelo espacial.
El 17 de junio de 1985, y de nuevo a bordo del Discovery, se llevó a cabo un segundo experimento de aplicación militar, consistente en la proyección desde la Tierra de un rayo láser contra la nave espacial. El rayo fue lanzado desde la. islas Hawai y, aunque no pudo ser dirigido sobre el punto exacto de la nave previsto por el programa -un espejo de 203 milímetros de diámetro-, los científicos se mostraron satisfechos del resultado de la prueba. Este experimento fue explicado como un ejemplo de la forma en que pueden ser destruidos cohetes nucleares desde tierra mediante el empleo de rayos láser de alta frecuencia.
'Guerra de las galaxias'
Finalmente, el pasado mes de octubre, la nave Atlantis puso en órbita dos satélites que, según las informaciones que circularon en aquellas fechas, servirán para enlazar directamente a las fuerzas estadounidenses que manejan armas nucleares en Europa con el despacho del presidente de Estados Unidos.
Más allá de estas misiones concretas ya realizadas, los transbordadores son un elemento básico de la Iniciativa de Defensa Estratégica, que exige emplazar y mantener en el espacio todos los elementos necesarios para que se, cumplan las tareas de detección, seguimiento y destrucción de los misiles enemigos durante sus fases de lanzamiento y media implícitos en el proyecto.
Satélites espías, cañones de hipervelocidad, espejos reflectores de rayos láser y eventualmente incluso los propios generadores de dichos rayos son algunos de esos elementos asociados a la guerra de las galaxias que tendrían que ser situados en el espacio, así como los generadores de la energía necesaria para garantizar su funcionamiento.
Por el momento, existe una enorme desproporción entre los volúmenes y pesos de los modelos experimentales de esos elementos de la SDI y las capacidades de transporte de los transbordadores disponibles, no obstante lo cual la Iniciativa de Defensa Estratégica no incluye actualmente ningún proyecto orientado al desarrollo de naves mayores. Ello se debe a que el despliegue de la defensa anti misiles estadounidense parece encontrarse aún lejano, suponiendo que algún día llegue a realizarse. Entretanto, la investigación se orienta más bien a conseguir reducciones en el tamaño de las armas de nueva tecnología.
El hecho de que las perspectivas de la utilización de los transbordadores en el contexto de la Iniciativa de Defensa Estratégica sean todavía lejanas no ha impedido, en cualquier caso, que el control, aunque no la planificación, de todas sus misiones haya sido ya transferido a manos militares.
La gestión de los vuelos de las lanzaderas espaciales depende, en efecto, desde el año pasado, de la división espacial de la Fuerza Aérea de EE UU.
En Colorado Springs, localidad del oeste de Estados Unidos, se construye a ese efecto un gran centro de control desde el que en un plazo breve se dirigirán los lanzamientos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.