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DESPUÉS DE LA CATÁSTROFE ESPACIAL

El accidente obliga a replantear la necesidad de vuelos tripulados

Francisco G. Basterra

F. G. B., Una de las consecuencias del accidente del Challenger. puede ser un replanteamiento de la necesidad de los vuelos tripulados y una futura mayor insistencia en el envío al espacio de naves no tripuladas, y la utilización de robots para la exploración espacial. El éxito reciente del Voyager y las fotografías que .envió desde Saturno apoyan esta opinión. Sin embargo, la NASA insiste en que la presencia humana en el espacio es insustituible. Para la agencia espacial norteamericana, se trata de un accidente en un sistema de transporte, y la tecnología de los transbordadores "está probada más allá de la fase de experimentación".

Otro debate ya abierto es la conveniencia de suspender el envío de ciudadanos normales, un hecho que estaba sirviendo al Gobierno para estimular el interés publico en la carrera espacial. La NASA cree que sólo si se envían hombres al espacio el programa seguirá siendo apoyado por los norteamericanos y el Congreso.

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La directora de la Comisión Nacional del Espacio, Marcia Smith, que en un mes deberá presentar al presidente un informe sobre los objetivos en el espacio hasta el siglo XXI, afirmó ayer: "Pobablemente pasarán muchos meses e incluso un año hasta que veamos más vuelos tripulados del transbordador". El temor es que la causa del accidente no esté relacionada con una pieza sino que se trate de un fallo del sistema, lo que dañaría gravemente el programa.

Misiones aplazadas

El daño ya es muy grande. Este año iba a ser "el más importante desde el comienzo de la era espacial", con 15 lanzamientos de transbordadores como el Challenger. Con su pérdida sólo quedan otros tres, lo que significa una disminución física del 25% de los efectivos materiales del programa.

El impacto inmediato del accidente provocará muy probablemente el aplazamiento de dos vuelos previstos para mayo, encaminados a estudiar el Sol y Júpiter, así como la colocación en el espacio de un gran telescopio previsto para octubre. Es difícil evaluar el daño que la catástrofe ha causado a los programas militares, para los que el transbordador espacial supone una importante plataforma. El sistema de defensa espacial, conocido como Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), no es excesivamente dependiente del programa del Shuttle (transbordador), aseguró ayer el diario The New York Times. Sin embargo, el Pentágono pensaba utilizar tres veces este año estas naves para experimentos militares y para poner en órbita satélites secretos.

El Pentágono ya se estaba quejando de la falta de fiabilidad de los vuelos de la NASA, con sus repetidos retrasos, y sectores militares han presionado para tener su propio sistema de lanzamiento. El Congreso y el presidente rechazan también la idea de que se militaricen la NASA y el programa espacial, pero Reagan ya ha confirmado que se trata de una agencia civil y que seguir á bajo el control de los civiles, funcionando, en lo posible, sin secretismo, como lo está demostrando las horas siguientes a este accidente.

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