El Arco del conflicto
EL RECIENTE Comunicado de la Asociación Profesional de Galerías de Arte, en cuyo seno está inscrita una buena parte de las firmas más prestigiosas del mercado de arte contemporáneo de nuestro país, anunciando su firme decisión de no participar en la quinta edición de Arco -la ya famosa Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid- deja abierta una amenazante incógnita sobre el futuro de la misma o, cuando menos, asesta un duro golpe a su credibilidad, justo en uno de los momentos más delicados para su consolidación.Precisamente hace unos meses, cuando comenzaba a salir a la luz pública el hasta entonces sordo descontento entre ciertos sectores de las galerías españolas contra la dirección de Arco y, en general, contra la impositiva política de hechos consumados que, según estos mismos sectores, practicaba Ifema -la Institución Ferial de Madrid-, tuvo lugar el anuncio del traslado de fechas para la celebración de Arco 86, desde febrero a abril. Traslado que fue justificado por la creación de la Feria de Zúrich, con la que se temía competir en desventaja. Que los promotores de la nueva feria suiza no tuvieran reparos en coincidir con la española, con ya cuatro años consecutivos de existencia, así como que los de esta última se precipitaran a un drástico cambio de fechas, son datos elocuentes respecto a la potencia del mercado de arte internacional y la endeble realidad del nuestro. Debilidad a cuyo fortalecimiento no va contribuir precisamente la polémica desatada en torno a Arco.
Durante este último año, galeristas y responsables directivos de Ifema, en vez de tratar de mitigar sus diferencias, han venido sobresaltando a la opinión pública española, e incluso a los sectores internacionales de la profesión, con un cruce de memoriales de agravios, acusaciones e incluso anónimos insultantes, acompañados de la correspondiente parafernalia de rumores e insidias que les desacreditan. Las opiniones de los miembros de la Asociación Profesional de Galerías de Arte respecto a la incompatibilidad de Juana de Aizpuru para continuar como directora de la muestra, siendo ella misma galerista, han obtenido su contrapunto en la tozudez por parte de Ifema, a la que sin duda Arco debe mucho, para hacer oídos sordos a todas las demás cuestiones planteadas por los miembros de la asociación y por otros muchos galeristas de nuestro país. A todos ellos, hayan participado o no en anteriores ferias, no se les puede tratar como una pandilla de resentidos, quejosos por no haber sido admitidos antes. Este innecesario agravio se descalifica recordando la solvencia de muchas de las firmas de la asociación a las que hay que añadir otras que, sin pertenecer a ella, pero con igual o superior trayectoria profesional, se han sumado al boicoteo.
Cuando en las últimas ediciones de Arco se sobrepasaban cifras espectaculares de visitantes -más de 100.000 con entrada de pago- y cuando al fin parecía diseñarse en el horizonte un esbozo de auténtico mercado selectivo de arte contemporáneo en nuestro país, produce sonrojo el recuento de las discrepancias manifestadas por los litigantes.
El aficionado de nuestro país no se merece unos representantes profesionales tan miopes e insolidarios. Los implicados en este asunto no sólo han demostrado una total falta de respeto al público, sino que con su actitud ponen en entredicho la razón de ser de las generosas subvenciones recibidas hasta el momento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.