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La Marcha por la Paz solicita a Estados Unidos que cese su intervención en Centroamérica

Ángeles Espinosa

Una delegación de la Marcha por la Paz en Centroamérica, que concluyó el miércoles en Ciudad de México, ha viajado a Washington, donde ayer pidió a EE UU que cese "su ayuda a los antisandinistas, la ocupación de Honduras y el rearme de El Salvador, Guatemala y Costa Rica", según anunciaron el viernes en Madrid españoles que hicieron la marcha.

Los 13 españoles que participaron en la marcha llegaron a Madrid el viernes, y ayer recibieron oficialmente la bienvenida, con una pequeña fiesta organizada por el comité preparatorio de la marcha.Bajo el lema Por los derechos humanos, la autodeterminación y la solidaridad, los participantes, entre 200 y 400 según las etapas, han pretendido llamar la atención internacional acerca de las dificultades con las que se enfrentan los pueblos centroamericanos para alcanzar la paz. Sindicalistas, estudiantes, artistas e intelectuales de 35 países paraticiparon en ella.

Han sido recorridos cerca de 2.000 kilómetros desde que, el pasado 10 de diciembre, la Marcha por la Paz salió de Panamá con el propósito de atravesar -a pie o en autobús- los territorios de Panamá, Costa Rica, Nicaragua,

Honduras, El Salvador, Guatema la y finalmente, México, a donde llegaron el miércoles pasado. No siempre ha sido posible, y los marchistas han encontrado algunas trabas en su camino.

"Los problemas empezaron al llegar a Costa Rica", declara Javier Romeo, uno de los españoles participantes en la marcha. Las autoridades costarricenses quisieron impedir la entrada de los marchistas y les tuvieron retenidos durante más de 24 horas en la frontera. Finalmente les concedieron un visado por 72 horas, que más tarde fue revocado con una orden de expulsión. En San José, la capital, grupos de extrema derecha atacaron violentamente a los pacifistas.

La entrada en Honduras desde la frontera nicaragüense también encontró dificultades. Finalmente se optó por enviar una delegación en avión a Tegucigalpa, la capital hondureña, y otra a San Salvador, pues las autoridades salvadoreñas se negaron desde un principio a autorizar el paso de la Marcha.

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El Gobierno militar de Guatemala negó la entrada al país de la marcha como organización, pero los participantes lograron visados como turistas y pudieron entrar en pequeños grupos, para reunirse luego en la capital. Su estancia coincidió con la toma de posesión del nuevo presidente, Vinicio Cerezo, y aprovecharon la ocasión para denunciar la existencia de 30.000 desaparecidos en ese país. Los gastos de participación en la marcha han sido costeados particularmente por cada uno de los asistentes.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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