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Los partidos italianos se sienten tentados a convocar elecciones anticipadas

Juan Arias

La Democracia Cristiana italiana pide una verifica, o clarificación, sobre la actual coalición de Gobierno, formada por democristianos, socialistas, socialdemócratas, republicanos y liberales, bajo la presidencia del socialista Bettino Craxi. Se respira ya aire de crisis. En un país en el que nunca se ha culminado una legislatura, ya se está a mitad de camino de conseguirlo y los partidos empiezan a sentir el escozor de la tentación de elecciones anticipadas. Las votaciones parlamentarias en las que sale derrotado el Gobierno se suceden y Craxi acaba de entrevistarse con el jefe del Estado, Franceso Cossiga, sin que se sepa el contenido de su conversación.Todo lo ha agravado el reciente viaje de Ciriaco de Mita a América Latina, "pasando por Washington", donde el líder democristiano fue recibido con todos los honores por Ronald Reagan en la Casa Blanca. Al parecer, De Mita hizo ver a Reagan que su partido busca la estabilidad del país y que desea mantener a Estados Unidos como gran amigo y aliado.

Los socialistas piensan que lo que desean los democristianos es reconquistar la presidencia del Gobierno, que ha dado demasiado renombre a Bettino Craxi, como ya han reconquistado la jefatura del Estado con el católico Francesco Cossiga, tras el protagonismo internacional del viejo socialista Sandro Pertini.

De hecho, el vicesecretario general socialista, Claudio Martelli, ha acusado a De Mita de querer hacer "la política de la alcachofa" es decir, ir quitando, hoja por hoja, todos los puestos del poder al partido socialista. Martelli admite, sin embargo, que en la actual coalición existe demasiada animosidad y afirma que "no es posible ser aliados y enemigos a la vez".

Intercambio de acusaciones

Los democristianos acusan a los socialistas de cortejar demasiado a los comunistas, precisamente en el momento en que los democristianos están en auge. Y los socialistas responden que lo que les pasa a los democristianos es que no soportan la alternativa a la presidencia del Gobierno y que, tras 40 años de dominio sobre el Palazzo Chiggi, ahora les parecen ya demasiados dos años de socialistas.De Mita responde que Craxi es presidente porque la Democracia Cristiana, que es el partido de mayoría relativa, se lo consiente y que no debe olvidarse de que es presidente de una coalición a cinco. Y también que no debe aprovecharse de su presidencia socialista para preparar unas elecciones que den ventaja a su partido.

Los socialistas responden que De Mita se olvida a veces de que, a pesar de ser el partido con más votos, no podría hoy, sin aliarse con los comunistas, formar Gobierno a dos. Aunque el miedo socialista es que si los seguidores de Craxi se ponen duros la DC forme un Gobierno sin los socialistas con una abstención comunista.

Los partidos minoritarios son preciosos para formar Gobierno en un país donde la alternativa está bloqueada desde hace 40 años, al no permitirse a los comunistas, segunda fuerza electoral, participar en cualquier fórmula de Gobierno.

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