CEPSA invertirá 955 millones para reducir la contaminación de una refinería en Tenerife

La Compañía Española de Petróleos, Sociedad Anónima (CEPSA), ha anunciado una inversión de 955 millones de pesetas en tecnología en la refinería que posee en Tenerife y que contribuiría a reducir a cero los riesgos de contaminación de dicha industria. Este anuncio ha coincidido con el acuerdo de crear una nueva planta de crudos en el sur de la isla.

Aunque la fábrica, creada desde hace algo más de medio siglo, no ha sido escenario de ningún accidente importante ni resulta demasiado molesta para la población, es verdad que los ciudadanos contemplan siempre con interés el cambio de emplazamiento de la instalación productora de derivados del petróleo.Por esta razón, observadores políticos de las islas han calificado como un buen "golpe de efecto" electoral las recientes gestiones del Gobierno autónomo (formado por socialistas) para propiciar un futuro acuerdo a tres bandas entre CEPSA, la multinacional norteamericana Western Oil California y la Compañía de Petróleos de Venezuela, Sociedad Anónima (Pedevesa), con vistas a establecer en el polígono industrial de Granadilla, en el sur de Tenerife, una flamante refinería que dejaría inservible la de la capital. El viceconsejero de Economía y Comercio, Manuel Barreto, visitó Caracas en diciembre pasado para acelerar la inversión, que ronda los 30.000 millones de pesetas y es apoyada por el ex presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez.

Un representante de CEPSA en las islas ha llegado a reconocer: "La solución no es mala y nuestra compañía está dispuesta a colaborar siempre que nuestros futuros socios sean fiables". Se trataría de poner en marcha una factoría capaz de producir crudo pesado y cuyo objetivo serían los países de la CEE.

Entre tanto, los responsable de CEPSA, cuya producción en Tenerife alcanza los 8.000 millones de pesetas mensuales, aseguran que este año aplicarán en su fábrica avanzados medios técnicos que eliminan todo riesgo de contaminación. "Vamos a conseguir un gas limpio para que los humos no nos envenenen", indicó el delegado de la compañía en Canarias, Javier Martín Carvajal.

La refinería de Tenerife ocupa alrededor de 800.000 metros cuadrados de terreno junto a la costa de la capital de la isla. Aunque su emplazamiento podría considerarse el menos malo porque generalmente la orientación de los vientos del lugar desplazan los olores tóxicos hacia el mar, existen épocas del año en que por razones atmosféricas especiales el ciudadano sufre los rigores de elevadas cantidades de anhídrido sulfuroso en suspensión.

En agosto del pasado año, en Santa Cruz de Tenerife, estuvo en alerta en primer grado porque los sensores de la Consejería de Sanidad del Gobierno Autónomo registraron más de 700 microgramos de azufre por metro cúbico de aire (por encima del doble de la cota máxima admisible) y se rozó la situación de alerta en el primer grado (800 microgramos de dicho agente tóxico por metro cúbico de aire). Una ola de calor, la aparición de polvo africano en la atmósfera y una inversión térmica (nube de aire a poca altura que impide la oxigenación del ambiente) provocaron aquel momento crítico. Cepsa decidió ayudar con la paralización de la mayor de sus cuatro torres de destilación y el uso de gasóleo bajo en azufre.