La sociedad bilbaína El Sitio homenajea a Antonio Tovar como puente cultural por encima de la guerra
La sociedad liberal bilbaína El Sitio homenajeó el lunes al filólogo y académico Antonio Tovar, fallecido en Madrid el 14 de diciembre, en el primer acto que celebra la nueva junta de El Sitio -presidida ahora por Antonio Menchaca-, al que asistieron los catedráticos, antiguos discípulos del desaparecido, Ernesto Sánchez Villares, Martín Sánchez Ruipérez y Luis Michelena. Los tres oradores coincidieron en definir a Tovar como puente cultural por encima de la guerra civil.El acto tuvo algo de reparación ante algunas reacciones "de sectores fanáticos" que en las últimas semanas han recordado los juveniles fervores falangistas de Tovar para denigrar su memoria.
Era particularmente significativa la presencia de Luis Michelena, catedrático de Lingüística Indoeuropea y de Filología Vasca hasta su reciente jubilación, máxima autoridad mundial en materia de lengua vasca y antiguo condenado a muerte, por sus convicciones nacionalistas, por el régimen franquista.
Michelena recordó ya hace ocho años, en un libro de memorias que realizó Eugenio Ibarzábal, la importancia que tuvo Tovar, en la época en que éste fue rector de la universidad de Salamanca, en el impulso dado a los estudios lingüísticos vascos tras el ominoso silencio que siguió a la guerra civil. Fue el propio Tovar quien a través de la cátedra Manuel de Larramendi, por él creada en la universidad salmantina, rescató a Michelena de su deambular por institutos de enseñanza media como profesor de Latín o de Geometría para darle la oportunidad de dedicarse a su especialidad en el ámbito académico superior.
Los antecedentes penales que constaban en el expediente de Michelena le impedían concurrir a oposiciones incluso a instituto, y fue la ayuda de Tovar y otros profesores, como el catedrático José Vallejo, la que permitió burlar la burocracia franquista, facilitando así el acceso del vasco, primero a la cátedra de Latín del instituto de Torrelavega y algo después, y al amparo de su nuevo status académico, a la cátedra de Lingüística Indoeuropea en la universidad de Salamanca. Teniendo en cuenta la decisiva influencia posterior de Michelena en la vida cultural vasca, y en particular su papel en el movimiento contemporáneo en pro del euskera unificado, esa participación de Tovar bastaría para justificar la estima de que gozaba en los más diversos medios culturales vascos y la incomodidad con que desde Euskadi se han contemplado algunas de las reacciones fanáticas a que aludió Antonio Menchaca en El Sitio.
Sánchez Villares y Sánchez Ruipérez combinaron la glosa del maestro y amigo desaparecido con la valoración de su aportación a la cultura contemporánea española, y en particular su afán por modernizar -término para él equivalente al de europeizar- la Universidad, y la enseñanza toda, como vía imprescindible para superar el atraso cultural y social de España.
Los tres oradores resaltaron el singular papel desempeñado por Tovar como puente entre la investigación científica y cultural de preguerra y la que, a través de las nuevas generaciones, pugnaba por abrirse paso tras la contienda. Martín Sánchez mencionó la dedicación del desaparecido al intercambio de conocimientos entre estudiosos, así como a su dedicación personal, incluso financiándolas con su propio dinero, a iniciativas tendentes a difundir en publicaciones efimeras los trabajos de otros científicos.
Investigador y difusor
Para Michelena, la aportación de Tovar a los estudios sobre la lengua vasca tuvo la doble dimensión del investigador y el difusor. A esta última faceta corresponde una de las últimas obras: Mitología e ideología sobre la lengua vasca, publicada en 1980 y excelente resumen de las distintas teorías más o menos fantásticas que a lo largo de los siglos han ido tejiéndose en torno al euskera antes de que la ciencia estudie dicha lengua.Michelena rindió homenaje también a la dimensión humana de Antonio Tovar, "cuya liberalidad constituyó siempre el más definitivo rasgo de su carácter, y nunca tuvo en cuenta las ideas políticas de cada cual a la hora de establecer una relación, tanto en el terreno de la investigación y de la enseñanza como en el personal. A mí me ayudó cuando yo no era nada". En el aspecto científico, la aportación fundamental de Tovar a la lingüística fue, según Michelena, su faceta de comparatista e historicista. Siempre creyó que las lenguas tienen una historia que es preciso conocer para comprenderlas. Esa orientacíón, compartida por el catedrático vasco, iría, sin embargo, a contrapelo de algunas actitudes recientes entre los lingüistas españoles.
Babelia
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