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5.000 personas aplaudieron durante el entierro del joven donante de órganos muerto en un atraco

Unas 5.000 personas tributaron una ovación de homenaje póstumo, durante el entierro, a Fernando Recio de la Cruz, el joven joyero de Tordesillas fallecido en el transcurso de un atraco perpetrado el pasado miércoles en esta localidad y que había donado en vida diversos órganos. Los enfermos a los que les fue trasplantado alguno de estos órganos evolucionan favorablemente. Los órganos de Fernando Recio fueron donados a distintos hospitales de España.

Su corazón fue trasladado por medio de un helicóptero desde el aeropuerto de Villanubla al hospital Puerta de Hierro, de Madrid, donde el pasado jueves fue trasplantado a un enfermo procedente de Segovia. Según fuentes del equipo médico que practicó la operación, dirigido por Diego Figuera, el enfermo con el corazón trasplantado evoluciona favorablemente.Los riñones del fallecido fueron trasplantados ayer en el centro médico nacional Marqués de Valdecilla, de Cantabria, a María Luisa Costa, de 51 años, y a un joven de 30 años de Arenas de Iguña (Cantabria). Estos pacientes también evolucionan favorablemente, según fuentes del citado centro hospitalario. Las córneas permanecen en el banco de ojos del hospital Clínico, de Valladolid. Fernando Recio falleció poco después de ser trasladado a un centro hospitalario de Valladolid. El joven había manifestado en vida el deseo de donar sus órganos y la familia respetó su voluntad.

Esta voluntad y una buena coordinación entre médicos y autoridades judiciales permitió hacer efectiva la donación del corazón, los riñones y las córneas del infortunado joven. Se hicieron también gestiones con algunas clínicas catalanas para una posible donación del hígado, pero esta posibilidad fue desechada dado el parón que han sufrido este tipo de intervenciones a la vista de los últimos resultados clínicos.

El sepelio de los restos mortales de Fernando Recio se efectuó ayer por la mañana en la localidad vallisoletana de Tordesillas, en medio de un clima emotivo y tenso. El comercio de la localidad cerró en su mayoría para reclamar mayores medidas de seguridad y un grupo de vecinos protagonizó una, manifestación silenciosa una vez terminado el sepelio.

Fernando Recio ha sido calificado por sus amigos y familiares como un joven "fundamentalmente bueno". Su mujer, Pilar Díaz, avisó, cuando la ambulancia se llevaba a su marido al hospital, que Fernando había manifestado en varias ocasiones su intención de donar todos sus órganos si alguna vez le pasaba algo.

Algunas de las personas que le conocían han dicho que no les extraña esta actitud "precisamente porque estaba convencido del compromiso que existe en el ser humano con la sociedad". Otros han relacionado también la donación con su condición de "católico y practicante". Sus vecinos han destacado "su buen carácter" y las buenas relaciones que mantenía con ellos.

La muerte del joven ocurrió el pasado miércoles, cuando dos individuos armados atracaron la joyería Néstor Recio, propiedad del padre del fallecido. En el interior del establecimiento sólo se encontraban en el momento del atraco padre e hijo y los dos atracadores estaban realizando una copia de las piezas de valor cuando entró en la joyería la esposa de Ferriando Recio, a la que, al parecer, éste se dirigió solicitando que avisara a la policía. Uno de los atracadores disparó entonces y alcanzó por dos veces en la cabeza al infortunado joven. Los dos atracadores huyeron a pie hasta una plaza próxima, en la que, a punta de pistola, se hicieron con un vehículo particular y obligaron a su propietario a trasladarlos hasta Madrid.

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