La participación en la SDI dificulta la política europea de la RFA
La decisión de la República Federal de Alemania (RFA) de abrir negociaciones con Estados Unidos para una participación de empresas alemanas en la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), conocida como la guerra de las galaxias, ha despertado seria preocupación en la RFA por el futuro de su política europea y de sus relaciones con los países del Este.
Las piruetas semánticas del comunicado que anunció la decisión tomada el miércoles por el Gabinete son el resultado de las presiones del ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher, por restar contenido político al compromiso con el controvertido proyecto norteamericano, y evitar un grave costo en las relaciones internacionales.
Las fuerzas opuestas a una participación en este proyecto no se han dejado confundir por la barroca formulación de "la apertura de negociaciones para la mejora de las condiciones del intercambio global de tecnología entre la RFA y EE UU, incluido el derivado de la participación de empresas alemanas en la SDI". La participación alemana en la SDI es un hecho y las reacciones, la primera desde Moscú, no han tardado en llegar. La URSS ha advertido a Bonn sobre su "peligrosa elección" y vuelve a hablar, como ya hiciera tras el comienzo del despliegue de misiles norteamericano en territorio de la RFA, de "éxito de los militaristas y revanchistas en Bonn".
La oposición socialdemócrata del SPD y del Partido Verde ve en la escisión del Gobierno un gran impulso a la carrera armamentista. Según el grupo socialdemócrata del Parlamento, con la excusa de la ayuda a la industria alemana, el Gobierno de Helmut Kohl da su apoyo moral y político a un proyecto cada vez más criticado a ambos lados del Atlántico por políticos, científicos y la opinión pública.
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