El duque de Cádiz, condenado a seis meses de cárcel por imprudencia temeraria con resultado de muerte

El duque de Cádiz, Alfonso de Borbón y Dampierre, ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Pamplona, como responsable de un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte, a la pena de seis meses y un día de prisión menor, privación del carné de conducir durante un año y el pago de una serie de indemnizaciones (por una cuantía total de 3.229.868 pesetas) por el accidente de tráfico ocurrido en Cintruénigo (Navarra) el 5 de febrero de 1984, a raíz del cual falleció, dos días después, su hijo Francisco, de 11 años. La sentencia será recurrida ante el Tribunal Supremo por los abogados de Alfonso de Borbón.

Alfonso de Borbón, al ser la condena inferior a un año de prisión y no tener antecedentes penales, no irá a la cárcel.Durante la celebración de la vista, el pasado lunes, el fiscal pidió para el acusado una condena de 10 meses de prisión menor y privación del permiso de conducir durante 18 meses, así como que el procesado indemnizase a las personas afectadas en el accidente con cantidades que ascendían en total a casi siete millones de pesetas. El equipo de abogados del duque de Cádiz, dirigido por Felipe Ruiz de Velasco, solicitó la libre absolución de su patrocinado porque, según dijo, no se pudo probar durante la visita ninguna de las acusaciones que se imputaban a Alfonso de Borbón.

Sobre las 20.00 horas del 5 de febrero de 1984, el procesado conducía el turismo de su propiedad marca Citroen CX-GTI, por la carretera que enlaza la autopista A-15 con la C-101, de Guadalajara a Tafalla (Navarra), en la que existen varias señales que indican la proximidad de un cruce.

"Al llegar al cruce con la indicada carretera C-101, un lugar de perfecta visibilidad, por ir desatento a las incidencias del tráfico y en particular a la señalización... no se detuvo ante la señal de stop allí existente, introduciéndose, por tanto, en la vía preferente, y colisionó por ello lateralmente contra el camión Pegaso SO-4808-B, conducido por Ángel Alcalde, que circulaba cargado con 23.000 toneladas de Blanco de España", señala el primer resultando de la sentencia.

A raíz del violento choque falleció dos días después, en el Hospital de Navarra de Pamplona, el niño de 11 años, Francisco de Borbón y Martínez Bordiú, hijo de Alfonso de Borbón y de la que fue su esposa, María del Carmen Martínez Bordiú, nieta de Francisco Franco. El otro hijo del matrimonio, Luis Alfonso, de nueve años, sufrió heridas graves de las que tardó en recuperarse 150 días. La institutriz de los niños, Manuela Sánchez Prats, sufrió también graves lesiones de las que no se ha recuperado todavía.

En el primer considerando de la sentencia, se señala que los hechos declarados probados son legalmente constitutivos de un delito de imprudencia temeraria, sancionado en el artículo 565-1, en relación con el artículo 405, ambos del Código Penal.

Informe de la Guardia Civil

El tribunal, a la vista de la prueba practicada, y muy particularmente del informe técnico de la Guardia Civil de Tráfico, "ha llegado a la plena convicción de que el procesado hizo caso omiso a la señal de stop, nítida y profusamente anunciada, no deteniéndose en ningún momento e introduciéndose en la vía preferente (...) sin que su actuar quede aminorado ni por la discutida visibilidad del lugar de autos, perfecta pese a lo afirmado sin base alguna por él, ni por la supuesta conflictividad y peligrosidad del cruce litigioso, pues como ha quedado acreditado en los tres últimos años sólo se ha producido otro accidente de similares características al presente", señala el citado primer considerando de la sentencia.

El tribunal resalta que "tampoco cabe aceptar la versión de la defensa consistente en que, por la improbada falta de visibilidad, el acusado se limitó a traspasar levemente la línea de detención, una vez parado, para mejorar su visión, por cuanto, sin olvidar la existencia del arcén descrito de 2,10 metros, el punto de colisión demuestra su franca invasión del carril preferente, sin detención previa".

La concurrencia de culpas también esgrimida es inviable, a juicio de la audiencia, ya que, "pese a las huellas de derrape dejadas por el camión implicado, no se ha probado con la vehemencia exigible el exceso de velocidad que se achaca a su piloto, huellas aquéllas que, fundamentalmente, deben imputarse a la pérdida de control que sufrió Ángel Alcalde a consecuencia del violento choque enjuiciado". Este conductor, según se recoge en el primer considerando de la sentencia, "estaba amparado por el principio viario de confianza que determina la imprevisibilidad de las conductas imprudentes ajenas, de tal modo, en definitiva, que la discutida velocidad m generó ni influyó en que acaeciera el evento controvertido".

La Audiencia Provincial de Pamplona ha condenado a Alfonso de Borbón, como autor responsable de un delito de imprudencia temeraria, con resultado de muerte, a la pena de seis meses y un día de prisión menor, privación del carné de conducir durante un año, a las accesorias de suspensión de cargo público y derecho de sufragio durante el tiempo de la condena y al pago de las costas procesales, incluidas las de la acusación particular. Asimismo, abonará las siguientes idemnizaciones: a la madre de Francisco de Borbón, un millón de pesetas por el fallecimiento de su hijo; al representante legal del menor Luis Alfonso, un millón de pesetas por el fallecimiento de su hermano y 300.000 pesetas por sus lesiones; a Ángel Alcalde, conductor del camión, 24.000 pesetas por sus lesiones y 3.226 pesetas por gastos y a Antonio Carlos Escobedo 150.002 pesetas por gastos y 752.640 pesetas por la paralización de su camión, cantidades todas de las que responderá la aseguradora Mutua Madrileña Automovilista.

"Un mazazo moral"

Jesús Ezponda Garaikoetxea, primo del ex lendakari del Gobierno vasco Carlos Garaikoetxea y uno de los abogados del duque, consideró excesivamente dura la sentencia.

Otro de los defensores, José Torres del Molino, señalaba que respetaba y acataba la sentencia, pero no la compartía. "Para mí sigue sin estar probado ninguna de las acusaciones que se le imputaban", afirmó. "Ésto", agregó, "es un mazazo moral, uno más de los que se ha llevado. Es tremendo. Entiendo que, si Dios quiere algún día, a lo mejor, las cosas se restablecen en su situación personal y moral. Está con el único hijo que tiene y tener que responder ante un hijo de un delito como éste, es tremendo. Es una cosa que hay que pensar un poco. Su hijo tiene ahora 10 años pero, cuando tenga 17 o 18, quizás le pida cuentas por la muerte de su hermano. Y ésto es una cosa que no se ha valorado".

La sentencia fue leída ayer durante un acto público en la sala de lo penal de la Audiencia Provincial, en la que se desarrolló la vista. Tanto los abogados del procesado como los de la acusación particular, habían sido convocados ayer para este fin.

Al salir de la sala, los abogados del duque de Cádiz comunicaron por teléfono la sentencia a éste. Según sus abogado, Alfonso de Borbón recibió con sorpresa la noticia del fallo del tribunal.