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El Reino Unido firma un acuerdo de cooperación con Estados Unidos en la 'guerra de las galaxias'

AGENCIAS, El Reino Unido se convirtió ayer en el primer aliado de Estados Unidos que se asocia a la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) con la firma de un protocolo de acuerdo, cuyos términos se mantienen en secreto. Tras varios meses de negociaciones, el documento fue rubricado ayer, en una breve ceremonia en Londres, por el ministro de Defensa británico, Michael Heseltine, y su homólogo norteamericano, Caspar Weinberger. El protocolo de acuerdo establece las condiciones para la participación de la industria de punta del Reino Unido en el proyecto tecnológico para crear un paraguas espacial antimisiles ideado por el presidente Ronald Reagan y conocido popularmente como guerra de las galaxias.

Tras la firma del acuerdo, no se ha informado del porcentaje de participación que corresponde a las empresas británicas.Caspar Weinberger dijo en una conferencia de prensa que el acuerdo alcanzado pone de relieve "la solidez de nuestra alianza y la naturaleza privilegiada de nuestras relaciones, absolutamente vitales para nuestros dos países. Ante las cámaras de televisión y flanqueados por las banderas británica y norteamericana, los dos ministros destacaron "la importancia del paso" dado. Este acuerdo refuerza de forma evidente a los partidarios de la SDI y puede servir para que otros aliados norteamericanos en Europa, como la República Federal de Alemania, se sumen al controvertido proyecto norteamericano.

Un portavoz oficial del Gobierno de la RFA comentó ayer que la iniciativa tomada por Londres era de gran importancia para Bonn y afectará, sin duda, a la posición del Gobierno alemán respecto a la SDI. El citado portavoz añadió que Bonn hará pública antes de Navidad su decisión sobre la participación en la SDI.

Heseltine declaró en la conferencia de prensa que su país no ha obtenido garantías precisas sobre el número de contratos que obtendrán las empresas británicas. El ministro de Defensa advirtió que las empresas del Reino Unido deberán ser competitivas tanto en precio como en calidad de los productos.

Weinberger se mostró "convencido" de que las compañías británicas o los consorcios que incluyan compañías británicas obtendrán importantes contratos". El secretario de Defensa de Estados Unidos elogió la calidad de algunas de las empresas de punta del Reino Unido y se mostró particularmente interesado en los conocimientos británicos en materia de láser, rayos X e informática.

Según algunas indicaciones adelantadas por los dos ministros, Londres y Washington se han puesto de acuerdo sobre "un programa de intercambio de informaciones". Los dos países han establecido también 18 campos en los que el Reino Unido podría contribuir con sus posibilidades tecnológicas.

El Ministerio de Defensa británico ha creado una oficina de participación en la SDI, que se encargará de coordinar los esfuerzos e informar a las compañías eventualmente interesadas en el proyecto.

La rapidez con que se ha anunciado la firma del acuerdo ha sorprendido en Londres. El pasado jueves, la propia primera ministra, Margaret Thatcher, había informado a la Cámara de los Comunes que las negociaciones sobre la SDI proseguían en Washington y había expresado su confianza en que concluyesen antes de fin de año. Varios diarios británicos publicaban ayer informaciones en las que dudaban de la posibilidad de un acuerdo inminente por la aparición, según ellos, de complicaciones políticas y técnicas de última hora.

El acuerdo ha suscitado las protestas de la oposición laborista, cuyo líder, Neil Kinnock, advirtió que provocará "la huida de cerebros" hacia Estados Unidos". "Los norteamericanos quieren acaparar nuestros especialistas; no están interesados por la tecnología británica", afirmó Kinnock.

La primera reacción oficial soviética llegó a través de la agencia Tass, que aseguró que este acuerdo contradice el espíritu de la cumbre de Ginebra, celebrada el mes pasado entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov. Tass calificó de "peligrosa" la decisión de Londres. La URSS mostró también su desacuerdo el jueves, durante la visita a Moscú de una delegación parlamentaria alemana, con la posibilidad de que la RFA se sume a la guerra de las galaxias. Durante una recepción a los parlamentarios de la RFA, Mijail Zimianin, miembro del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), acusó al Gobierno de Bonn de comportarse como un "vasallo" de EE UU por su compromiso a favor de la SDI y por permitir el despliegue de misiles Pershing 2 en su territorio.

Era la primera vez en los últimos 12 años que una delegación parlamentaria de tan alto rango visitaba la Unión Soviética. Los parlamentarios no fueron recibidos, sin embargo, por Mijail Gorbachov ni por el ministro de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze, lo que produjo un malestar inocultable en la delegación, que decidió volver a la RFA en la noche del jueves, un día antes de lo previsto.

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