La ultima batalla
Pablo Serrano inició su batalla legal por el derecho moral del autor sobre su obra en 1962. El jueves pasado, sólo cinco días antes de morir, Serrano recibió quizá una de las pocas alegrías que tal batalla le deparó. Porque el jueves el fiscal del Tribunal Supremo, Francisco Hernández Gil, sorprendió a los asistentes al juicio con un informe en el que precisaba que la persona que adquiere una obra de arte no tiene un poder omnímodo sobre ella, ya que su autor conserva el derecho de propiedad intelectual y su derecho moral de autor.Serrano inició el proceso a raíz de la actitud de los propietarios de¡ hotel Tres Carabelas, que desmontaron la obra de Serrano Viaje a la luna en el fondo del mar, adquirida por la cadena Intusa. La sentencia sobre el caso se hará pública dentro de 10 o 12 días.
Ayer, en casa de Pablo Serrano, por donde desfilaron diversas personalidades del mundo de la cultura, el comentario más generalizado de sus allegados era el de esa alegría grandísima" que vivió el jueves el escultor.
Civismo
"Estaba muy satisfecho de haber ganado, al menos moralmente, esa última batalla que había dado por el derecho del artista sobre su obra", dijo ayer el ministro de Cultura, Javier Solana, que acudió al domicilio del artista. "Pablo Serrano fue un escultor que marcó una época en España y un ciudadano que asumió todas las batallas que significaron civismo y progreso. Su muerte me ha producido una enorme consternación. Tenía mucha amistad con él. Habíamos hablado hace poco". La Casa Real envió su pésame a través de una llamada telefónica a la casa del artista. El escultor vasco Eduardo Chillida, que no pudo ir a Madrid por estar su hijo hospitalizado, dijo ayer que Pablo Serrano era "una gran persona y un buen escultor. Hace sólo cinco días que me llamó por teléfono para interesarse por la salud de mi hijo".
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