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PIRATERÍA EN EL MEDITERRÁNEO

Marta Bruguera: "Aún no me creo que estoy aquí, viva y totalmente ilesa"

"Aún no me creo que estoy aquí, viva y totalmente ilesa. Ahora estoy recuperándome del susto y del agotamiento", declaró ayer telefónicamente a EL PAÍS Marta Bruguera, la española que viajaba en el Boeing 737 de Egypt Air que fue secuestrado el sábado por un comando egipcio. Marta Bruguera, de 30 años, se hallaba ayer bajo observación en un hospital de la capital de Malta, La Valetta, al que fue conducida tras el asalto del avión por comandos especiales egipcios.

"Todo empezó unos 20 minutos después del despegue del avión de Atenas. Yo viajaba con una amiga francesa y estábamos sentadas en la tercera fila, en la parte delantera del avión. A mi lado viajaba uno de los secuestradores. Cuál no fue mi sorpresa cuando de pronto vi que sacaba de una bolsa de plástico una pistola y una granada y salía al pasillo, con otros tres, apuntando a la gente. Uno de ellos, el jefe, se fue inmediatamente a la cabina del piloto", afirma Marta."Al principio, nos colocaron a todos al fondo del avión, nos pusieron en fila y, uno a uno, fuimos entregando nuestros pasaportes a los secuestradores". Hubo va-rios momentos en que creí que iba a terminar mal pero el peor fue, quizá, cuando uno de los pasajeros, en lugar de entregar el pasaporte, sacó de un bolsillo una pistola. Comenzó un tiroteo mientras estábamos todavía en vuelo y no quiero pensar lo que habría ocurrido si una de las balas llega a romper una ventanilla. Las balas iban de un lado para otro y pude sentir cómo una de ellas pasó rozándome la cabeza. Al final, uno de los secuestradores quedó tendida muerto en, el suelo, pero los otros lograron reducir al pasajero, que quedó malherido, también en el suelo".

"Cada hora mataban a uno"

Al aterrizar en La Valetta, los se cuestradores comenzaron las ejecuciones de los pasajeros. "Cada hora mataban a uno. No sotros veíamos cómo les disparaban un tiro en la cabeza y luego los tiraban por el avión". Según Marta, fueron ejecutados dos israelíes y tres norteamericanos. "Nosotros pensamos que los habían elegido a ellos por la nacionalidad y, cuando terminaron con el último norteamericano, comenzó la pesadilla en que cada uno esperaba que le tocara el turno. Como yo y mi amiga estábamos en las primeras filas y sólo quedaba un pasajero delante de nosotras, pensamos que íbamos a ser las siguientes"."Nos tuvieron toda la noche en vilo. Nunca nos dijeron nada sobre sus intenciones, pero eramos conscientes de que en cualquier momento iban a matarnos a todos", asegura Marta.

"Cuando empezó el asalto de las fuerzas armadas estábamos adormilados", asegura la joven española. "Todo fue muy rápido. Comenzó el tiroteo pero nosotros no sabíamos que disparaban militares. Los secuestradores lanzaron las granadas y salieron huyendo hacia la salida delantera, disparando sobre los pasajeros. Tuvimos suerte de estar cerca de la puerta porque el humo comenzó a extenderse y no había forma de respirar. En cuanto vimos que delante no quedaba ninguno de los secuestradores, salimos corriendo hacia la salida. Abajo disparaban por todos los lados, tanto los secuestradores como los militares, que, afortunadamente, nos reconocieron en seguida. Al final, vimos los cuerpos de los secuestradores en el suelo. Uno de ellos parecía estar todavía vivo. Ha sido una pesadilla horrible".

Marta Bruguera viajaba a El Cairo con la pretensión de dirigirse desde allí a Bangkok. Su intención es volver hoy mismo a París, antes de trasladarse de nuevo a España. Su madre, que reside en Ibiza, no se enteró del protagonismo de Marta hasta la mañana de ayer. Su padre ya se había puesto en contacto la víspera con la Oficina de Información Diplomática al enterarse de que una joven que podía ser su hija se encontraba a bordo.

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