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TRAS LA "CUMBRE" DE GINEBRA

Washington mantendrá la SDI aunque Moscú reduzca sus arsenales

El general James Abrahamson, responsable del desarrollo de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), manifestó ayer en Bruselas que aún en caso de reducción de los arsenales nucleares ofensivos soviéticos, "continuará la investigación" sobre la llamada guerra de las galaxias.Abrahamson se negó a comentar, en una conferencia de prensa concedida ayer en la capital belga, los resultados de la cumbre de Ginebra. El general reconoció que "la parte técnica de la SDI, es sin sus implicaciones políticas y estratégicas. El responsable nortemericano hizo hincapié en que el pro grama está en fase de investiga ción y estimó que había que esperar razonablemente al principio de los años noventa antes de tomar cualquier decisión" de puesta en marcha. Abrahamson reiteró también con énfasis que el proyecto norteamericano de defensa es tratégica no ampara sólo el territorio de Estados Unidos, sino también el de sus aliados.

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El director de la oficina encargada de coordinar todo lo relacionado con la SDI hablaba tras la celebración de un seminario a puerta cerrada, de dos días de duración, organizado por el semanario británico The Economist y dirigido a jefes de empresa -como el del grupo Fiat, Giovanni Agnelli- y expertos gubernamentales y privados europeos.

Según Abrahamson, la lógica de la posible defensa futura es la de "destruir los todopoderosos misiles ofensivos" actuales y crear in certidumbre en el agresor en cuan to al resultado de un ataque. Las actuales defensas antimisiles instaladas en tierrra son, según él, perfectamente saturables con el que disponen las potencias. El general manifestó, además, que al desplegar tal defensa, si se llega a demostrar que es técnicamente factible, eficaz y rentable, Estados Unidos podría "obtener un cambio en el comportamiento de la otra parte que haga la situación más segura".

La idea, según Washington, es utilizar las tecnologías actuales y futuras en el espacio para crear una situación que haga posible nuevos compromisos sobre las armas ofensivas. "La URSS, por primera vez, ha presentado en la mesa de negociaciones propuestas de reducción de armamentos, y no sólo de limitación, y la SDI ha contribuido a provocar esa oferta", declaró Abrahamson.

Entre los ejemplos de avances extraordinarios en la investigación de la SDI, el general Abrahamson citó el desarrollo muy prometedor de un láser de electrones libres con cañones sobre raíles electromagnéticos capaces de lanzar proyectiles a velocidades comprendidas entre los 10 y los 40 kilómetros por segundo. Estados Unidos, dijo, ha comenzado a fabricar chips de arseniuro de galio, que sustituirán a los de silicio y permitirán mayores velocidades en le tratamiento de datos, así como una mejora de la resistencia a las radiaciones.

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Interés de Agnelli

Los europeos participantes en el seminario se mostraron muy interesados por las explicaciones del general norteamericano, según las fuentes informantes, que señalan cómo, en opinión de Agnelli, la SDI representa el desafío de fin de siglo para los industriales. El empresario italiano destacó especialmente la rentabilidad a largo plazo de estos programas, y el probable avance espectacular que pueden representar para la informática y la electrónica. Según él, al margen de sus aplicaciones militares, la SDI puede provocar el tránsito a la era de la industria espacial, tanto por lo que se refiere al lanzamiento de estructuras como a la producción de medicamentos o cristales especiales en condiciones de ingravidez.

El presidente de la Fiat, por otra parte, expresó su preferencia porque la participación de los europeos se concrete en contratos firmados por las propias empresas en el marco de eventuales acuerdos bilaterales suscritos por Estados Unidos y sus aliados. Giovanni Agnelli descartó así los programas multinacionales y las estructuras burocráticas complejas.

El general Abrahamson indicó que "ya se han firmado contratos con empresas y laboratorios europeos", pero se negó a dar detalles sobre el número o la nacionalidad de estos contratistas. A título de ejemplo, precisó finalmente que se trata de contratos similares a los 1. 800 que ya han sido concertados con equipos norteamericanos. Tales acuerdos se caracterizan por su relativa modestia, ya que los mayores de ellos representan un máximo de un millón de dólares (unos 160 millones de pesetas).

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